Cuando leemos las informaciones sobre Irving Del Cid Aguilar, el niño chiricano que con apenas 11 años logró pasar la prueba de ingreso a la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), nos vienen dos cosas a la mente.
La primera es obviamente el asombro por la extraordinaria convergencia de juventud e inteligencia que posee Irving. La segunda, es admiración porque está usando su talento regalado por Dios para algo útil. A los 11 años ya está en camino de convertirse en un profesional. Definitivamente que el pelao está aprovechando su tiempo. Tú, joven panameño, ¿puedes decir lo mismo?
Muchos de los jóvenes de hoy en estos momentos hacen dos cosas: ver televisión, jugar juegos de video o escuchar música. Los recién graduados están en casa haciendo lo mismo. No hay una agenda definida de las tareas del hogar. Esto podría darnos luces de la falta de iniciativa de los chicos del milenio.
No son todos, de seguro usted me dirá, pero sí me atrevo a asegurar que es la gran mayoría.
La mentalidad de estas personas debe cambiar. En algo deben contribuir los padres a que sus hijos se esmeren a ser profesionales de renombre en la vida. Si no hay estímulo, no se logra nada, pero los jóvenes también deben poner de su parte, porque el futuro depende de ellos mismos. Sus padres, en una forma u otra, cumplieron su misión.
Si eres de esos muchachos que se dejan influenciar de los amigos del barrio -que se la pasan escuchando todo el día reggae, pon un freno. Diles que ya tu estás en otra onda. Diles que estás preocupado por tu futuro porque en el día de mañana tendrás familia y, por su puesto, deseas una casa.
Cuando ellos escuchen tu planteamiento puede pasar dos cosas: se reirán de tí o te escucharán. Esto los hará pensar sobre la necesidad de cambiar sus vidas.
Da el primer paso. Sigue adelante y busca un empleo digno. No importa que sea contando césped o de lo que sea. Lo importante es que te ganarás el dinero de forma honrada porque no será dinero que viene del vicio, sino del sudor de tu frente.
Te sugiero que hagas una lista de empresas en la que quieras trabajar. Después que hayas conseguido este listado, llama a cada una de estas compañías y pídeles el nombre del gerente general y del gerente de Recursos Humanos. Después que los tengas, envíales sobres con tu curriculum y una carta ofreciéndoles tu servicio. Verás que te llamarán.