Satanás habló con cuatro chicos. El reloj marcaba las doce medianoche en la solitaria casona de la playa, en un punto de El Palmar, San Carlos.
Afuera de la edificación, se oía el rugir de las olas que golpeaban contra las rocas y a lo lejos, uno que otro búho lanzaba su ulular para componer la sinfonía nocturna en el campo, en la época de verano.
Dentro de la casa veraniega, cuatro jóvenes que no pasaban los 21 años: Ana María, Jean Carlos, Cristina y Francisco, no disimulaban la emoción misteriosa que los embargaba. Esa sería la noche de la ouija.
Entre risitas nerviosas se mandaban a callar. Lo habían planeado todo el fin de semana. Querían "probar" eso de la ouija.
En un ambiente alumbrado con velas y los ventanales abiertos, se sentaron en un círculo en medio del salón principal de la vivienda decorada al estilo rústico y con buen gusto.
Ana María fue la elegida para llevar la sesión. En el silencio humano se podía casi escuchar los rápidos latidos de los cuatro corazones.
"�Hay alguien aquí?". Francisco rompió el silencio y dio inicio a la sesión espiritista con la pregunta.
Nada. Ni un solo indicio. "�Alguien nos escucha?", secundó Cristina. De pronto, la mano de Ana María, que reposaba sobre la tabla misteriosa, empezó a mover la aguja.
Desde aquella noche, la vida de los cuatro muchachos no es la misma, porque la "comunicación" que sostuvieron con un supuesto ser extraño, marcó sus susceptibilidades espirituales.
Aparentemente se comunicaron con "alguien" del más allá con quien han tenido pesadillas, pero esa es historia para otra entrega.
�QUE ES LA OUIJA?
Es un medio de comunicación con lo sobrenatural, que consiste en colocar las manos sobre una pequeña plataforma triangular que se desplaza lentamente sobre un tablero, movida por una fuerza "sobrenatural" y "misteriosa".
La tabla está compuesta de números y las letras del alfabeto.
Los jugadores hacen las preguntas que deseen y esperan las respuestas, según la plataforma se va moviendo sobre las letras y números formando palabras.
El misterio y la curiosidad mueve a los jugadores que esperan que algún fantasma o espíritu comunique sus secretos y, cuanto más parezca "trabajar", más la ouija y la entidad detrás de ella, atrae y ata.
MAGIA Y PELIGRO
Kassandra, la Maestra Mentalista y estudiosa de las ciencias ocultas, reveló que la ouija encierra misterios indescifrables y que es un instrumento peligroso en manos de inexpertos.
La astróloga y también metafísica explicó que las doce la noche es el espacio de tiempo en que el velo que separa lo conocido de lo sobrenatural, se encuentra en su punto más débil y hay silencio, elementos que facilitan la conexión.
"A esa hora, ese velo que separa el Cielo de la Tierra está muy delgado y es por allí que se cuelan los espíritus, cuando se invocan a través de la ouija" , dijo Kassandra con firmeza.
ESPIRITUS MAQUIAVELICOS
Detrás de ese velo, hay tres rangos de espíritus, según Kassandra: los que pertenecen al nivel más bajo (asesinos, violadores, suicidas...); los que quieren llegar a la perfección y quieren estar en paz al lado del Señor; y los santos, que ya han alcanzado la paz.
Los primeros se complacen en destruir a la gente en la Tierra, y cuando se cuelan a través del manto sobrenatural, conviven con quienes lo invocaron hasta acabar con ellos.
"He ahí el peligro de usar la ouija, ya que ellos se aprovechan de ese canal, sobre todo si en el grupo hay una persona con energía negativa... malvada", sentenció.
Y... �QUE CON JUANITO?
Ese juego que se hizo popular entre los niños hace unos años, es una derivación de la ouija e igualmente peligroso.
Los niños son seres muy susceptibles a las fuerzas invisibles espirituales y misteriosas, porque ellos no dudan y son más creyente, explicó Kassandra.
�QUIEN ESTA DEL OTRO LADO?
No hay duda: son espíritus. Unos ansiosos por ayudar a personas en la Tierra y de esa manera avanzar en su esencias existenciales; y otros que quieren arrastrar con ellos, a todos los que puedan para hundirlos en las profundidades infernales.
De acuerdo a "Mi libro de las sombras", de Dillon, los orígenes de la ouija se remontan a las civilizaciones mesopotámicas, pero su desarrollo como método de auto-revelación personal está ligado a las prácticas cabalistas y alquimistas del renacimiento.