¿Dónde aprenderán esas cosas para yo hacerlo igualito? Así le comentaba el niño Juan Martínez, de 5 años, a su primo Israel González al ver la exposición de contorsiones que ofreció Gustavo Gutiérrez, mejor conocido como "El Yoga", allá en el jardín El Cutarrazo de Las Palmas en Veraguas.
Este personaje se trasladó desde el barrio de San Miguel de Calidonia (en la capital) hacia el poblado de Las Palmas en Veraguas para agasajar a más de 500 niños de regiones muy remotas y humildes.
"El Yoga" manifestó a La Voz del Interior que ya lleva 38 años realizando esta actividad. Al parecer, todo está fríamente calculado, pues año tras año, junto a su cónyuge se las ingenia para conseguir patrocinadores y apoyo.
Cada año, además de los regalos, Gutiérrez le ofrece a los niños un tremendo espectáculo de contorsiones, que deja a grandes y chicos con la boca abierta. Tanto es así, que algunos le terminan diciendo apodos como "El hombre elástico", "El mentalista", entre otros.
A esta actividad han sido invitadas famosas personalidades del deporte panameño como Roberto "Mano de Piedra" Durán y Celestino "Pelenchín" Caballero, pero no han podido asistir en los últimos años. No obstante, siempre hay personas generosas que tienen el interés de llevar alegría a los más necesitados.
Este año, Gutiérrez unió esfuerzos con la profesora Mayra de González, quien junto a otros familiares de Las Palmas buscaron apoyo para realizar una pequeña fiesta de Navidad a estos pequeños veragüenses, que en muchas ocasiones pasan la celebración del Nacimiento del Niño Dios como un día más de sus vidas.
Esta docente, aun con su muñeca izquierda lesionada, sirvió de punto focal para el desarrollo exitoso de esta actividad a favor de los niños, quienes en su mayoría caminaron largas horas para participar de este evento que llenó las expectativas, pues degustaron un sabroso arroz con pollo, dulces y refrescos. Cada uno se llevó un regalo bajo el brazo. Es más, hasta tuvieron la oportunidad de estrecharle la mano a un panzón de enorme barriga y casulla roja, el cual muchos admitieron que solo lo habían visto por televisión.
La Voz del Interior pudo observar que los primeros invitados que llegaron eran niños que estaban sin zapatos, con sus canillas cenizas, otros con botas de caucho y hasta en uniforme escolar, pero todo eso quedó en segundo plano, pues gozaron hasta más no poder con las ocurrencias y juegos del payaso "Puchín".