Era el mismo escenario, pero no era el mismo "Flaco Bala".
El Olmedo Solé, donde construyó su jerarquía como el mejor lanzador de la pelota panameña, lo recibía ahora diferente, con una mentalidad de sobrevivencia y con la ilusión de que Dios le ayudará a ganar lo que él considera el juego más importante de su carrera.
El "Flaco Bala" Hernández ganó 83 partidos y ponchó a 974 rivales, pero hoy quisiera ponchar de una vez por todas el cáncer que se aloja en su esófago y ganar el partido de la vida.
"Sí lo es", dijo con una voz que salía de lo profundo de su corazón. "Sí lo es, es el partido más importante de mi vida", explicó sentado al frente de la cueva de su equipo, donde una vez fue jugador y hoy día es 'coach' de lanzadores.
Desde hace unos 8 meses, Roberto Hernández viene luchando contra un carcinoma en su esófago que le prohibía tragar. "Fue algo que me molestaba, no me la pude aguantar, creo que se ha atacado bastante rápido, ya me siento mejor, espero que todo se mejore", dijo con voz de ilusión el ganador de 83 partidos en 203 presentaciones.
Roberto Hernández ha sido tratado con quimioterapia y radioterapia, y ahora se siente mejor, el tamaño de su carcinoma ha bajado, pero todo lo deja en manos de Dios.
"Yo hablé con una psicóloga en el Hospital Oncológico de Panamá y yo se lo dije claramente. Como pelotero me fajé y siempre salí ganador, ahora con esta enfermedad también espero salir ganador, esa es mi meta", dijo mientras pasaba sus enormes dedos por sus ojos.
Hernández pudo abanicar a 914 peloteros en la categoría mayor, boleó a 226, trabajó mil, 17 entradas, y nunca se puso de rodillas, siempre brilló como una estrella en el cielo.
Ahora sólo me queda seguir asistiendo a mis citas, el próximo 11 de enero debo verme con los doctores y después en seis meses, la próxima cita médica.
"En caso de que me sienta algo raro, que me vuelva a obstruir el flujo de los alimentos, entonces, debo asistir al hospital", dijo.
El "Flaco Bala" ganó 24 partidos en fila y tiene el récord nacional.. fueron 24 batallas seguidas sin cuartel, hoy quiere ganar el juego más importante de su vida, y Dios esta detrás del plato.
¡Fuerza Flaco!