A juicio de la ex legisladora Teresita de Arias, el supuesto pago de coima para la aprobación del proyecto CEMIS es un hecho difícil de probar y rodeado de actos circenses de parte del diputado Carlos Afú para "tapar" lo realmente grave, que fue la compra de cinco diputados del PRD para hacerse a la fuerza de una mayoría legislativa para ratificar a los magistrados Alberto Cigarruista y Winston Spadafora.
"Todos los que estábamos allí supimos que se había dado por parte del Ejecutivo, en aquel momento, una intromisión indebida dentro de la Asamblea Legislativa para ratificar a esos dos magistrados", dijo.
Indicó que a nadie en su sano juicio que tenga un mínimo de conocimiento político se le pasa por la mente que cinco diputados, en ese entonces de oposición, de repente descubren que esos individuos (Spadafora y Cigarruista) tenían idoneidad moral o trayectoria profesional para ir a la Corte Suprema de Justicia.
"Lo grave, lo gravísimo fue el soborno para la ratificación de los magistrados. Ahora si se quisiera hacerse justicia, quienes van a tener que administrar esa justicia desde la Corte son los beneficiados de ese acto delictivo", señaló de Arias.
Para la diputada, ambos magistrados llegaron a ese puesto porque la presidenta Mireya Moscoso consiguió cinco votos y rompió el pacto META del 2001 entre el PRD y el Partido Popular (PP).
A criterio de la ex legisladora, a lo largo del proceso se interpusieron tantas hechos maquiavélicos para frenar la investigación del Ministerio Público y sacarla de la Asamblea para que el tema del soborno de los diputados saliera de la Comisión de Credenciales.
Consideró que alrededor de este tema quedará un mal sabor de boca y la sensación de frustración en la opinión pública.
"Esos son delitos que se dan en la tiniebla y en la oscuridad, salvo que alguien haya sido tan incauto de depositar ese dinero en una cuenta de banco", finalizó.