A 900 pies de altura del filo norte de Santa Rita Arriba, al terminar la "cordillera" y en donde todas las salientes de aguas de la montaña regresan al mar, existen 200 hectáreas que invitan al turismo en la provincia de Colón. Se trata de El Parador de Sierra Llorona; un terreno de bosque tropical, los que se han convertido en un importante lugar de observación de aves y en donde se recibe anualmente a cientos de visitantes de todas partes del mundo.
BOSQUE INTACTO
Con una vegetación que sobrepasa los 300 años, sería difícil realizar una reforestación, ya que es un bosque intacto y tratar de sustraerle cualquier mínimo detalle, se convertiría en una pérdida irreparable para su ecosistema.
Es un bosque primario, en el cual existen unas 10 hectáreas de senderos en donde los visitantes pueden realizar con toda seguridad sus observaciones. En el área ya se ha podido identificar unas 300 especies endémicas, que no se encuentran fuera de la zona, lo que ha llamado la atención de centros de estudios naturales como el Smithsonian. Además en los últimos cinco años la Universidad Nacional, ha estado realizando intercambio de estudiantes que son atendidos en las estructuras construidas en el sector.
Esta es una iniciativa particular que desde hace unos 10 años ha venido realizando la doctora Ida Herrera y su familia, quienes han construido El Parador de Sierra Llorona.
Uno de los propósitos fundamentales de mantener esta área con las mayores comodidades, es poder ser autosostenibles porque esta actividad permite mantener esta porción de tierra en Colón intacta y al servicio del mundo.
Llegar al lugar es fácil ya que la entrada está al borde la carretera Transístmica, a sólo unos kilómetros de la Ciudadela Jesús y María.