Muchos estarán pensando que Don Evo Morales va a contrariar a los gringos con sus visitas y posibles alianzas con los señores Castro y Chávez. ¡Jamás! Yo estoy casi seguro que a estas alturas de nuestra historia, toda Cochabamba y el mismo Don Evo Morales tendrán tasado cómo equilibrarse entre los sueños mojados latinoamericanos de Hugo y Fidel y sacarán el mejor provecho de estas relaciones, siempre con el basamento en la democracia. El éxito del líder cocalero, está en su adecuado sentido común. Don Evo es de la misma sangre del indio Monje que desilusionó al Ché.
Todavía retumban los tambores del reciente triunfo y ya vemos que el tacto de Morales está dando resultados grandilocuentes. No me dejarán mentir los beneficios para su país obtenidos el 4 de enero en España: $160 millones, pues el gobierno español le condonó la deuda, los inversionistas hispanos con intereses en Bolivia lo recibieron con respeto y el mismísimo rey de España estrechó sus manos.
En la Casa Blanca no se molestarán por nada de lo que suceda en Cochabamba, hasta que los criollos de sueños mojados comiencen a calentarle la cabeza al líder cocalero Don Evo, más de la cuenta para que se caiga. Más solamente lo lamentarán, pues en Washington tienen otras preocupaciones supremamente más importantes.
Como veo las cosas, hasta considero que las oleadas democráticas con éxitos electorales de la izquierda les convienen a Washington ante el anémico crecimiento económico, corrupción y desaliento en los últimos 20 años en esta parte del planeta.
Estoy seguro que a los gringos les contenta, que el presidente electo de Bolivia Don Evo Morales, no esté tan acorralado como ellos tuvieron al guerrero Caballo Loco, quien luchó valientemente por espacio y la sobrevivencia de su gente y hasta tuvo que ultimar al general norteamericano Kuster en la histórica batalla de Litle bighorn.