En caso de dolores la aplicación de hielo con regularidad, mientras tenga síntomas, o la utilización de compresa fría; puede hacer la diferencia.
Una opción es utilizar una toalla helada, para ello debe remojar en agua fría y exprimirla hasta que esté apenas húmeda. Doble la toalla, póngala en una bolsa de plástico y congélela durante 15 minutos. Saque la toalla de la bolsa y póngasela en la zona lesionada.
Puede optar por una bolsa de hielo. Para ello, ponga como una libra de hielo en una bolsa de plástico. Añada agua hasta que apenas cubra el hielo. Saque el aire de la bolsa y ciérrela. Envuelva la bolsa con una toalla mojada y póngasela sobre la zona lesionada.
Las compresas caseras pueden ser otra opción. Ponga 2 tazas de alcohol para curaciones y 6 tazas de agua en una de las bolsas de plástico grueso que se usan para guardar alimentos congelados. El tamaño de la bolsa debe ser de 1 galón. Selle la bolsa, métala en otra y selle esa bolsa también. Escriba en la bolsa "Compresa fría: No comer" y guárdela en el congelador. También una bolsa de verduras congeladas puede servir de compresa fría, para casos de emergencia.
En caso de lesiones, aplíquese hielo por lo menos 3 veces al día. Durante las primeras 48 horas, póngase hielo durante 10 minutos cada hora. Después, conviene ponerse hielo durante 10 minutos, 3 veces al día: en la mañana, en la tarde después de regresar del trabajo o de la escuela y como media hora antes de acostarse. Además, póngase hielo después del ejercicio vigoroso o de cualquier actividad prolongada.
No se ponga nunca la compresa fría directamente sobre la piel. Cúbrala con una toalla (u otra tela) húmeda. Además, empuje la compresa firmemente contra todas las curvas de la zona lesionada. No se ponga el hielo por más de 10 minutos en ninguna ocasión y no se quede dormido con el hielo sobre la piel.