Mucha gente no está dispuesta a pasar todo este tiempo sin tener contacto sexual, pero los mitos abundan, como por ejemplo que en la edad adulta, la mayoría de los hombres se hacen impotentes incurables.
La realidad es que a partir de los 65, solo uno de cada cuatro hombres tienen problemas serios en conseguir y/o mantener erecciones; mientras que a los 80, esto le sucede a solo uno de cada dos varones, afirma la licenciada en psiquiatría Susana Merces, quien ha escrito varios artículos sobre el tema.
"El Viagra soluciona cerca de los dos tercios de los problemas de impotencia, y existen nuevos tipos de inyecciones autoaplicables e implantes que pueden solucionar los casos restantes. Pero solo del 5% al 10% de los hombres busca ayuda", afirma.
Otra de las informaciones negativas que creemos es que entre más viejos, peores amantes. La verdad puede ser justamente lo contrario. A medida que los hombres envejecen, pueden retrasar la eyaculación por más tiempo, lo que extiende el sexo y provoca que las mujeres puedan sentir mayor placer.
En cuanto a las mujeres, muchos piensan que la capacidad para el placer sexual disminuye después de menopausia. Error. Las mujeres que nunca tuvieron problemas para experimentar orgasmos cuando eran más jóvenes, continúan haciéndolo hasta bien entrada la vejez, "incluso a los 80 años, o aun más adelante", afirma el doctor en medicina especializado en sexología, Jorge Rivera. Y gracias a la experiencia y a la falta de prejuicios, muchas mujeres grandes lo disfrutan más a la edad adulta que en sus primeros años de sexo.
Que el envejecimiento baja la libido es otra falsedad. "Aquí solo importa la salud", explica Merces. El deseo continúa siendo el mismo en los hombres y las mujeres adultas sanos, y sólo las enfermedades psíquicas u orgánicas pueden afectarlo.
Es más probable, sin embargo, que la gente adulta sufra enfermedades como la artritis, la osteoporosis u otras dolencias que le impidan un buen movimiento de su cuerpo en la cama. La diabetes puede conducir también a la impotencia en los hombres, lo mismo que algunas drogas como los antidepresivos o las que se utilizan para combatir la tensión arterial alta. Los ataques cardíacos no significan un gran problema para el sexo, pero las arterias endurecidas pueden provocar erecciones más débiles o falta de las mismas.
La obesidad, el consumo de alcohol y el fumar mucho pueden también disminuir el funcionamiento sexual. Quienes posean un cuerpo más saludable durante su juventud o mediana edad, tienen más chances de gozar del sexo durante sus años adultos, destaca Rivera.