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Cientos de niños y niñas de la capital recibieron ayer por primera vez el sacramento de la Eucaristía en el día de la Inmaculada Concepción y Día de las Madres.
La Basílica Menor de Don Bosco estaba repleta. Las niñas ataviadas con preciosos vestidos blancos, velos y coronas escucharon atentamente las palabras del sacerdote, quien recordó el paso importante que estaban dando dentro de la fe católica: su primera comunión.
Los niños no se quedaron atrás. Vestidos formalmente sostenían crucifijos entre sus manos, un símbolo de las obligaciones que deberán cumplir a lo largo de su vida para ser un seguidor de Jesucristo. Sus familiares y conocidos celebraban este momento tan especial en el que los niños se cubren con un manto de fe que será la mejor luz que guíe sus pasos.