Hablar de los indígenas panameños por el doce de octubre, causó que algunos lectores quisieran mostrar "la otra cara" de ellos. Uno me dijo que los grupos indígenas panameños cuentan con centenares de miles de hectáreas en sus comarcas y reservaciones.
Alegó que muy poca de esas tierras está siendo cultivadas de manera efectiva. Por lo tanto, hay poca utilización de esas fincas, que en manos de "latinos" serían motores de producción.
Otra persona sostuvo que el hecho de ser los "primeros pobladores" del país, nuestros indios gozan de privilegios.
Explicó que en las comarcas realmente la ley que impera es la de ellos y no la del resto del país. Es una especie de gobierno dentro de otro.
Eso no es bueno para la unidad nacional indicó la persona mencionada.
Hubo quien sostuvo que los indios prefieran encerrarse en sus comarcas, para "hacer lo que les da la gana". Eso produce ganancias a los dirigentes indígenas, sostuvo con seriedad.
Alguien se atrevió a indicarme que muchos de los jefes indios no hablan bien el español y por lo tanto, no están totalmente integrados a la cultura panameña.
Me recordaron incidentes donde las leyes indias estuvieron por encima de las de la República de Panamá.
Uno de esos fue el castigo con golpes de ortiga a una maestra que desafió costumbres del poblado.
Otro es el impuesto que cobran a los indios que vuelven al poblado. No faltaron los malos ejemplos de expropiaciones de hoteles construidos por "blancos", a pesar de tener autorización de las autoridades locales.
Pero a mi me gusta buscar la opinión del "otro lado". Recuerdo que un indígena me comentó una vez que "ellos no querían la civilización del blanco, porque era corrupta".
Sostuvo que entre los indios hay mayor estabilidad familiar y menos divorcios. Que los niños se crían mejor que los de nuestra civilización.
A esto añadió menores casos de drogadicción, maltrato en la familia, vagancia, alcoholismo, etc..., etc.
Pienso que hay que resaltar las cosas buenas de las culturas indígenas, sin dejar de señalar las negativas.
Otros grupos como los antillanos, chinos, hindúes, etc., se han adaptado a la cultura panameña sin mayores problemas.
