Nadie "en su sano juicio" podría pensar en atacar a Irán por su programa nuclear sin que le preocupasen las consecuencias de esa acción, dijo ayer el ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband. El político declaró, que el Gobierno del que forma parte está "cien por ciento comprometido" en encontrar una solución diplomática al conflicto con Teherán. Pese a todo, Miliband no descartó la posibilidad de una acción militar contra Irán y se negó a calificarla de "inconcebible".