Residentes que viven en el corregimiento de El Chorrillo se quejan de las frecuentes balaceras que continúan poniendo en peligro sus vidas.
Las personas no se atreven a llegar a sus casas en la noche cuando salen tarde de sus puestos de trabajo por temor a ser baleados.
Tampoco se atreven a darle permiso a sus hijos para que salgan de la casa a jugar con los otros niños por miedo a que resulten lesionados.
Sus moradores siguen pidiendo a "gritos" rondas policiales por la seguridad de todos los que allí viven.