La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha divulgado una cifra preocupante en torno a la supuesta perdida de 80 mil empleos en Panamá, durante el presente año. En la actualidad, el desempleo se ubica en el 5.6 por ciento y del 2004 al 2008 se crearon en promedio 200 mil plazas nuevas de empleo por año.
Se desconoce si los 80 mil empleos que aduce la CEPAL corresponde a que no serán generados o que en efecto son personas que perderán sus trabajos. Cualquiera de las dos opciones es preocupante y el gobierno debe estar consciente de ello y enfocar sus acciones para minimizar el impacto.
La caída de la actividad económica es evidente. Ya usted no observa esa marea de turistas que llegaban cada semana al país ni se observa ese movimiento propio de los proyectos de construcción, dos actividades que hacen que los ingresos lleguen a casi todos los sectores sociales del país.
Los técnicos en economía deben ejecutar acciones ingeniosas para que al menos el país pueda mantener las actuales plazas de empleo y que no se retorne a los niveles de desempleo de principios del año 2000, donde la tasa alcanzó el 14 por ciento.
Si bien es cierto que Panamá tendrá un crecimiento de tres por ciento, la realidad es que se debe básicamente al proyecto de ampliación del Canal de Panamá, porque en otras áreas no se observan grandes obras que puedan mover la economía y contratar mucha mano de obra.
Mientras la economía global supere la crisis en la que está hundida, se hace imprescindible poner en ejecución rápidamente los grandes proyectos y no empantanarse en la burocracia que todo lo retrasa; la eficiencia y costos competitivos que rigen en el sector privado deben ser trasladados a la gestión de las magnas obras y arrancar los más pronto posible.