Venezolano Chávez fustiga al
Congreso en campaña por el Sí
Caracas
REUTERS
El presidente venezolano,
Hugo Chávez, enfrascado en un agrio enfrentamiento con el Congreso
opositor, aseguró el domingo que el legislativo perdió toda
su autoridad, a la vez que prosiguió en su campaña a favor
del "Sí", en un referendo constituyente previsto para el
25 de abril.
De esta consulta popular podría salir el designio a favor de convocar
una Asamblea Nacional Constituyente, que según el mandatario, podría
disolver al Congreso "o perdonarle la vida".
"La primera y más grande de las autoridades es la moral,
y esa no la tiene" el congreso, afirmó Chávez en una
rueda de prensa al negar que esté desconociendo la autoridad del
legislativo, porque "allí no existe".
Chávez ganó las elecciones del pasado diciembre con cerca
de 56 por ciento del favor de los electores, una de las cifras más
altas obtenidas por un aspirante a la presidencia en 41 años de democracia.
Su plataforma política, definida como de hondo contenido social
y fustigada por sus adversarios como populista, se basa en la convocatoria
a una Asamblea Nacional Constituyente que reescriba las bases jurídicas
del país y "funde un nuevo estado, una nueva República".
Chávez viajó el domingo al estado Bolívar, en el
sudeste del país, donde insistió en que es necesario transformar
el gobierno central, los gobiernos estatales, los tribunales, porque "todo
eso está carcomido por un estado caotizado que no sirve para impulsar
el desarrollo nacional".
Las declaraciones del presidente fueron emitidas en Puerto Ordáz,
emporio minero y centro de las empresas básicas del rico estado Bolívar,
donde conmemoró una efemérides de la historia patria.
Según un despacho de prensa del palacio de gobierno de Miraflores,
el presidente reiteró además que prohibió a sus ministros
comparecer ante la legislatura para dar nuevas explicaciones acerca de una
serie de medidas extraordinarias cuya aprobación solicita al Congreso.
Un mes antes del abrumador triunfo electoral de Chávez, su coalición
de centro izquierda, Polo Patriótico, sólo consiguió
en noviembre el 33 por ciento de los escaños en el Congreso bicameral,
que sigue dominado por los socialdemócratas de Acción Democrática
y los socialcristianos de Copei, junto con el derechista Proyecto Venezuela,
inicialmente fundado por disidentes socialcristianos.
A estos partidos que gobernaron los anteriores 41 años de democracia,
Chávez atribuye la ruina de este país rico en petróleo
que ha visto descender dramáticamente todos sus indicadores de bienestar
social y deteriorarse todos los índices macroeconómicos.
"Hay un juego allí (en el Congreso) que no tiene autoridad,
por lo tanto no se le falta el respeto a la autoridad que no existe. Hay
un juego de reparto, de chantaje, de clientelismo. Juego macabro que es
uno de los culpables del hundimiento de Venezuela", afirmó Chávez,
de 44 años y ex comandante de un cuerpo de paracaidistas.
El presidente reiteró el fin de semana su ultimátum al
Congreso para que apruebe "como (yo) quiero" una ley de poderes
especiales (conocida como Ley Habilitante), o declarará en cuestión
de días un estado de emergencia que le llevaría a dictar algunas
medidas por decreto.
Chávez, quien en 1992 encabezó un fallido golpe de estado
por el que pagó dos años de cárcel hasta ser perdonado
por su antecesor, Rafael Caldera, insistió en que hace falta una
revolución política, económica, social y moral.
"Entonces, allí estamos lanzando la señal y contra
tantas dificultades avanzaremos", afirmó al advertir que su
gobierno "ha señalado un rumbo para sacar al país de
la incertidumbre, pero lo que reina es la gran anarquía".
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