Gore enfrenta difícil camino
hacia la Casa Blanca
Washington
REUTERS
El vicepresidente Al Gore
pretende suceder a Bill Clinton en la Casa Blanca y la historia está
de su lado, aunque sólo hasta cierto punto.
Ningún vicepresidente de Estados Unidos fue privado de la nominación
presidencial desde el número dos demócrata Alben Bakley, en
1952.
Sin embargo, desde mucho antes de la Guerra Civil, sólo un vicepresidente
llegó al sillón presidencial. Fue el republicano George Bush,
en 1988.
"Como vicepresidente uno está bendecido y maldecido",
dijo Paul Light, de Brookings Institution en Washington y autor del libro
"El poder vicepresidencial".
"Los vicepresidentes se llevan todas las culpas y ninguno de los
beneficios del cargo", declaró el profesor de ciencias políticas
de la Universidad Gannon, David Kozak, miembro del Centro para el Estudio
de la Presidencia.
"Para los vicepresidentes es fácil obtener la nominación,
pero difícil ganar la presidencia", opinó James Thuber,
del Centro de Estudios sobre el Congreso y la Presidencia de la Universidad
Americana.
Muchos factores ayudan a explicar la situación.
Los vicepresidentes son percibidos como herederos naturales de la Casa
Blanca por los jerarcas del partido y en sus años en el puesto acumulan
contactos que les ayudan después a emprender sus campañas
y ganar eventualmente la nominación.
Pero los vicepresidentes, como nominados a la presidencia, suelen además
ponerse a la defensiva, intentando explicar cada uno de los errores cometidos
por el gobierno.
Además, sus aspiraciones pueden verse frustradas, si es que los
votantes quieren un cambio político en la Casa Blanca o por ser considerados
actores secundarios, tradicionalmente vistos como débiles.
"El Vicepresidente simplemente no luce bien comparado con el presidente",
dijo Norman Ornstein, especialista político del American Enterprise
Institute.
Gore y Clinton no son la excepción, incluso a pesar de que el
presidente intentó potenciar a su número dos como nadie hizo
antes.
Mientras Clinton es visto como un personaje carismático, Gore
es percibido como algo rígido. De hecho, en una rueda de prensa el
mes pasado en la Casa Blanca, Clinton impulsó a Gore de una forma
que el mismo vicepresidente jamás logró consigo mismo.
"El vicepresidente es, por su naturaleza, una persona reticente
cuando se trata de hablar de su vida y antecedentes", dijo Clinton.
"Es importante que los estadounidense sepan más sobre el
vicepresidente. Fue congresista ...fue periodista y estuvo en las fuerzas
armadas en Vietnam... fue un importante arquitecto en las principales políticas
económicas y de otro tipo en este gobierno", dijo el presidente.
Según las encuestas, Gore supera por un margen de dos a uno a
su único rival para la nominación presidencial demócrata
del 2000, el ex senador Bill Bradley.
Pero los sondeos muestran también que Gore está detrás
de los favoritos para obtener la nominación republicana, como el
gobernador de Texas, George W. Bush, y la ex presidenta de la Cruz Roja
estadounidense Elizabeth Dole.
En ambos casos la ventaja republicana es de dos dígitos.
Un reciente estudio del Centro de Investigación Pew para la Gente
y la Prensa dijo que un 72 por ciento de los encuestados "consideraría"
al menos votar por Bush, un 64 por Dole y un 52 por ciento por Gore.
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