Estamos en un punto tan, pero tan delicado que de seguro producirá efectos a favor o en contra de lo que escribiremos hoy aquí. En Panamá muchos buscan acercarse a Dios. Lo hacen asistiendo a diferentes iglesias y en ellas cantan, saltan, gritan, aplauden y hacen lo que sea para ser escuchados. Dicen ellos que están adorando a Dios.
La adoración en algunas iglesias es callada, solemne, tranquila. En otras iglesias es un poco más dinámica. En otras es totalmente agitada, la gente aplaude, se para, se sienta, grita, mueve su cuerpo, inclusive danza. La pregunta que cabe es: �Cuál de estas tres formas de adorar a Dios es la correcta?
Hay muchos pasajes para hablar de este tema, pero traeremos algunos. Cuando un grupo de temerosos marineros preguntó al desobediente profeta Jonás: �Qué oficio tienes, y de dónde vienes? �Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? Note lo que respondió Jonás, según Jonás 1:9 "Y él les respondió: Soy Hebreo y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra". Cuando Jonás habla de que teme a Jehová, está dando a entender que adora a Jehová y al afirmar aquello está refiriéndose a su estilo de vida en su relación con Jehová. Pero adoración también significa una acción específica de alabanza a Dios.
Por eso Jesús fue muy severo con los fariseos de su tiempo porque estaban presentes en todos los actos de adoración, pero sus corazones estaban lejos del Señor. Note lo que dice Mateo 15:7-9 "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres."
Así que, la adoración pública con bulla a Dios solamente tiene sentido cuando existe una adoración privada a Dios. En resumen, no es tan importante lo externo en la adoración. Lo más importante es lo interno, la actitud del corazón, la pureza de la vida delante del Señor. No tiene sentido esto de hacer división en la iglesia de Cristo por la forma de adoración.