Jorge Herrera Ramos, inspector número uno de la PTJ de Vacamonte, en Arraiján, fue encontrado armodazado, vendado y ejecutado de un tiro en la cabeza la mañana de ayer, jueves, en el río Villa Lobos, ubicado en el límite de Pedregal y el distrito de San Miguelito, área conocida como "Tierra Prometida".
Según una fuente, el funcionario de la PTJ fue asesinado en el puente de la carretera que conduce a Gonzalillo y se presume que desde allí fue lanzado unos 17 metros de altura, al río por el o los verdugos que supuestamente después tiraron la cartera de la víctima al vacío.
Ramos, de 34 años, quien dejó en orfandad a una niña de 8 años, había salido a "palanquear" el día anterior el taxi de su madre, pero no regresó.
La DIIP de Roble Sur encontró al final de la comunidad de Villa Las Acacias, el taxi verde con cupo 8T- 5425, a las 2: 15 de la madrugada del jueves. En la guantera de la puerta derecha del automóvil se halló un revólver calibre 38 con seis municiones además del carné de la Universidad donde se había graduado en Derecho.
La víctima vestía jeans azul, camiseta blanca, zapatos negros. Cuando fue encontrado, tenía los ojos vendados, la boca amordazada y las manos atadas con cinta adhesiva. El cuerpo inerte flotaba boca arriba en las aguas dulces a menos de un metro de profundidad.
El zapato del pie izquierdo que faltaba al ahora occiso fue encontrado por los detectives de la PTJ a 300 metros del cadáver, atascado entre piedras.
El médico forense que se presentó al lugar, diagnóstico que el inspector ultimado tenía alrededor de seis a ocho horas de muerto, también dejó entrever que presentaba golpes en el rostro.
Se informó que el rostro estaba fuertemente golpeado y además tenía un orificio de bala en la parte trasera del lóbulo superior de la oreja derecha.
EL HALLAZGO
Un ciclista que circulaba por el lugar vio la sangre sobre el puente del río Villa Lobos e informó a la Policía a eso de las 7: 40 de la mañana.
MOVIL
No se descarta que el crimen tenga que ver con el móvil del robo o con el mismo trabajo que realizaba, porque las autoridades están analizando el tipo de expedientes que tuvo a su cargo.
Se conoció que el mismo investigaba a jóvenes que estuvieran implicados en todo tipo de delito: homicidios, violaciones, hurtos, robos a mano armada y demás.
Herrera en su tiempo libre maneja el taxi con matrícula T5425, el cual fue encontrado abandonado en Las Acacias y en donde fue encontrada el arma de reglamento del detective: un revólver calibre 38 que se le había asignado desde el 8 de enero del 2003.
El Secretario de la PTJ, Tomás Rosas, informó que las unidades de la institución hacen esta solicitud cuando siente que su vida está en peligro y para su propia seguridad.
En el lugar donde fue encontrado el cuerpo estaba la cartera que contenía el carné y la placa de la institución, no así la que tenía el dinero, manifestó Ronaldo Reyna, Encargado de División de Investigaciones Criminales de la PTJ.
HISTORIAL
El detective Jorge Herrera Ramos tenía 12 años de laborar para la institución y era egresado de la tercera promoción de la Academia de Detectives de la PTJ.
Inició sus labores el 16 de agosto de 1993 y actualmente se desempeñaba en la Unidad Especializada en Adolescentes de Arraiján, informó el Secretario General de la PTJ.
El detective había salido de vacaciones el pasado 16 de marzo y las mismas eran hasta el próximo mes. En sus primeros años de labores estuvo asignado a la Sección de Transporte. Posteriormente en el 2000 fue asignado a la División de Adolescentes de Arraiján en donde laboró hasta mayo del 2003.
En enero del 2005 se le designó como encargado de Agencia de la PTJ en Chepo y en julio de ese mismo año regresó a la División de Adolescentes, sustentó el Secretario de la PTJ.
Herrera, en su tiempo libre, manejaba un taxi .
Hace poco que se había mudado a una residencia en Don Bosco.
LUTO EN LA PTJ
Con párpados caídos, mirada esquiva y pasos de gansos cansados realizó el personal de la PTJ las diligencias de investigación y levantamiento del cadáver del Inspector Jorge Herrera. La preocupación en sus rostro por la pérdida de un compañero, era evidente y más cuando no hay detenidos ni sospechosos.
En los pasillos de la PTJ se veía a los detectives e inspectores preocupados por lo acontecido ya que el hoy occiso, era "una persona a carta cabal, honesta, disciplinada y que no se metía con nadie", manifestó el inspector Otto Ríos, Jefe de la Unidad Especializada en Adolescentes de Arraiján, donde laboró hasta sus últimos días el detective Herrera.