La tolerancia, un valor que nos permite vivir en paz, respetando siempre la manera de pensar, opinar y actuar del prójimo. Es la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa. Considerando hechos recientes registrados por los medios de comunicación, centramos este tema en la capacidad de saber escuchar y aceptar a los demás, valorando las distintas formas de comprender para no llegar a atentar contra los derechos de terceras personas.
La semana pasada, las noticias de primera plana se centraron en la agresión física que fue objeto una dama por reclamar un premio que ganó. Allí se registró una situación, que gracias a Dios, no terminó en un hecho que lamentar, pero, evidentemente, fue el resultado de la falta de tolerancia y el respeto al derecho ajeno.
Hechos de esta naturaleza suceden en cualquier momento y lugar, desde el seno familiar, los puestos de trabajo e, inclusive, en una reunión de amigos. Todos los seres humanos somos diferentes y tenemos puntos de vista diversos; de hecho, los dedos de la mano no son iguales, pero cada uno tiene una función diferente e importante que respetamos. Asimismo sucede con los seres que nos rodean.
Ante situaciones en la que nos vemos involucrados es importante poner en práctica el discernimiento que nos permita actuar de la mejor manera posible, para tomar la mejor decisión y evitar que ocurran hechos que provoquen decisiones que, a futuro, se lleguen a lamentar.
"Lo cortés no quita lo valiente", una frase favorita de mi padre y que procuro poner en práctica. Cuantas veces presenciamos discusiones, ya sea porque no prevaleció la cortesía vehicular, no se respeta la opinión, provocando discusiones y violencia, precisamente porque no se aplican los valores como el respeto y no se sabe tolerar.
Espero haber dado mi aporte con la finalidad de que se comprenda que la tolerancia es un valor que nos enseña a respetar los puntos de vista de diferentes perspectivas y aceptar al ser humano como lo creo Dios, con errores y virtudes.
