Un acto de indisciplina que involucra a dos jugadores de la selección Sub-23, libando cervezas y haciendo ingresar a personas ajenas a su habitación del hotel, puede ser una simple falta, no mayor, si las "personas ajenas" pertenecen al género femenino.
Es una falta que tiene atenuantes, máxime si tenemos en cuenta la edad de los muchachos, y que se saldará con una pequeña sanción monetaria. Porque a la hora en que el suceso se dio, ya la selección preolímpica estaba eliminada, y los jugadores contaban con el aval para viajar a Colombia, y sumarse a su club, lo que felizmente aconteció, con goles de los "traviesos" y triunfo de su equipo.
Por supuesto que una falta es una falta, pero no está por encima de las muchas carencias y desconocimientos de que hizo uso el técnico, dejando, por ejemplo, con un solo delantero a nuestra formación, para quien Estados Unidos destinaba tres y hasta cuatro defensas de resguardo.
El señor Guimaraes no va a conversar de problemas táctico-estratégicos con la prensa de Panamá, según adelantó. Trata de salir al paso, con una enorme bola de humo, de sus errores.
Estamos en plena Semana Santa y viene a la memoria la pregunta que Jesucristo hizo a los parroquianos que pedían el peor de los castigos para la pobre mujer acusada de adulterio, como si ellos estuvieran libres de culpa: "Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que arroje contra ella la primera piedra".
En la vida contemporánea, ninguno de nosotros está en condiciones de juzgar y mucho menos condenar a los demás, sin antes examinar nuestros errores, en ocasiones mucho mayores que los que estamos juzgando.
Y en el caso que nos ocupa, entrenador-jugadores, no precisamos ir muy lejos, cuando la prensa deportiva de Panamá se hizo eco del caso del ex-técnico colombiano José "Cheché" Hernández, que terminó su contrato con la Federación Panameña de Fútbol y se marchó, dejando a una dama "encinta". �O las faltas, sólo son faltas, cuando las comete un futbolista?.
�Cuando Guimaraes tenía 20 años, se comportaba como un santo, o cometía alguna falta, de vez en cuando?. Si hace un examen de conciencia y luego arroja la primera piedra, estaremos ante un milagro de excepción.
Repito. Estamos en Semana Santa y es hora de corregir nuestros pecados, originales o graves, antes de juzgar a otros. Lo que han hecho los jugadores es falta. Pero lo que viene haciendo el técnico, es peor.