Domingo 14 de marzo de 1999

 








 

 

 

 


A DOS AÑOS DEL ACCIDENTE, LARISA BOLT PALLARES SOLO QUIERE JUSTICIA
Testimonio de la tragedia de Albrook

Omar Wong Wood
Crítica en Línea

Ese fue un día lúgubre para el automovilismo nacional, pero más aún para los quince jóvenes panameños amantes de las carreras de autos que fueron atropellados por el auto marca Porsche, conducido, por el empresario Leonardo "Dino" Cipponeri, en la llamada ahora "La Tragedia de Albrook".

Las consecuencias fueron funestas: una joven falleció, varios quedaron mutilados, otros desgarrados y los demás con otro tipo de heridas de consideración, no obstante a pesar de que sucedió hace poco más de dos años, aún la tragedia persiste en la mente de aquellos que en ese momento pensaron que su vida se les escapaba de las manos.

Ese es el caso de Larisa Bolt Pallares, a quien a la corta edad de 20 años el destino le jugó una mala pasada y la gente que le prometió ayuda la ha olvidado y piden la confianza del pueblo.

Eran las 11:00 de la mañana de aquel fatídico 19 de enero de 1997, Larisa estaba dormida, sonó el teléfono, y se despertó, eran las amigas. María Eugenia, Carla y Michelle Marie Escala ­también fue brutalmente atropellada-. "Larisa, vístete vamos a las carreras de Albrook", dijo una de ellas. "Bueno - respondió Larisa - me tengo que arreglar, y dejarle una nota a mi mamá". La nota decía: "Mami me fui a las carreras, Te quiero mucho".

Por primera vez Larisa le escribía a su madre en una de las tantas notas que hizo para ella "te quiero", ¿será el destino?

Las amigas llegaron a la residencia de los Bolt Pallares, recogieron a Larisa, y se dirigieron a la pista de Albrook.

Al llegar, Larisa y sus amigas se estacionaron, bajaron del auto al tiempo que veían cómo los carros de turismo modificado tronaban sus poderosas máquinas, de repente sintieron ganas de comer un chorizo, pero el vendedor estaba a uno 25 metros de donde ellas estaban, por lo que decidieron ir caminando hacia él.

Iban caminado cuando una de ellas dijo ¡cuidado con el carro!, "pero cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde, solo sentí el golpe, mi amiga Michelle también fue atropellada y en ese momento no sabían las personas, vi que saltaban y corrían, pero eran muchos, (...) pensé que me iba a morir, vi a Michelle en el piso, traté de levantarme pero la gente no me dejó", recuerda.

Larisa fue trasladada de urgencia al hospital, y fue allí que la sangre se le enfrió y empezó a sentir lo dolores, ya su madre había llegado, porque siempre las malas noticias llegan rápido.

Hasta aquí la historia de Larisa. Ese día de carreras parece estar marcado por la desgracia, pero su verdadera desgracia empezó después producto de los golpes, desgarres de huesos, de piel, tendones, y cicatrices que le recordarán siempre lo que ocurrió.

El verdadero dolor de esta joven es que al parecer en su país Panamá la vida humana no vale nada.

Lariza comentó que el día del accidente uno de los directivos de la Asociación Panameña de Automovilismo (APA) le aseguró a la madre que ellos se harían cargo de todo y que para eso contaban con una póliza de 10 mil balboas. La familia Bolt, así como los 15 lesionado más y la joven que falleció, jamás vieron ese dinero, dijo Larisa.

Larisa ha sido operada cinco veces para reconstruirle las piernas, al principio la familia intentó costearle las operaciones en clínicas privadas pero los costos fueron demasiado altos, por lo que ahora se atiende en la Caja del Seguro Social, y aún así nadie, ni Cipponeri ni los directivos de la APA, se acercaron a ella para preguntarle por su situación.

Por eso entablaron una demanda penal contra el conductor del auto Leonardo "Dino" Cipponeri, no porque querían dinero, nos dijo Larisa, sino porque, "nunca llamó para preguntar cómo estaba, jamás me pidió siquiera una disculpa".

Por lo que Rogelio Gálvez Flavio, abogado de Lariza Bolt, se preguntó ¿Cual es el saldo de credibilidad que puede tener una persona que a dos años del accidente no ha comprado una tilenol a todos los que quedaron lesionados ni le han siquiera llevado una flor la persona que mataron, ¿qué credibilidad inspira una gente así, al escuchar el anuncio de la carrera que presenta hoy en Río Hato, organizado por la Asociación Panameña de Automovilismo?

Larisa dijo que entendía que ningún piloto fue a esa carrera a matar o atropellar a nadie pero agregó que los espectadores tampoco fueron a morir o ser atropellados. Hasta el momento la familia de Larisa ha destinado más 17 mil balboas en sus operaciones, fue operada hace un mes, y espera en los próximos meses otra operación.

Yo espero que no se olvide lo que pasó, y que se responsabilice a alguien. Larisa dice no temerle a las carreras, pero aseguró que no asistirá más a una, hasta tanto se construya una pista adecuada, con todas las normas de seguridad, porque es una irresponsabilidad en Panamá la forma como se hacen. "Lástima que me di cuenta tarde", y es más importante dijo que los pilotos sean personas profesionales y preparadas y con el respaldo de una asociación responsable.

El boleto de entrada a la actividad decía que los asistentes entraban bajo su propio riesgo, la pregunta que viene a la palestra es ¿cómo un espectador puede ser responsable cuando una carro le cae encima?

Ahora Larisa aspira olvidar lo sucedido pero las cicatrices aún están allí, por lo que necesita alrededor de 15 a 20 mil balboas par realizarse una cirugía en las piernas.

 

 

 

 


 

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