Debo confesarles a mis lectores que tengo miedo a perder el Panamá donde he vivido toda mi vida. Aunque comprendo que las cosas "cambian con el tiempo", aquí esa regla se ha dado... �para peor!
Tengo temor a que me asalten o me hagan "secuestro express". Por eso no circulo por la noche, y me pierdo actos y presentaciones culturales.
Cuando llego a mi casa, lo hago con precaución. Temo que vea otra vez la puerta rota por la "ganzúa" de los ladrones, como sucedió meses atrás.
Las estadísticas pueden ser frías, pero revelan la triste realidad que se vive ahora.
Llaman "pacotillas" a los periodistas por reflejar la incapacidad de los Gobiernos por darnos seguridad. Pero hay que seguir señalando la realidad del momento actual.
Por lo menos dos personas son muertas al día. Los homicidios aumentaron el año pasado veintitrés por ciento, respecto al dos mil ocho.
Fueron ejecutados el año pasado noventa y dos personas, por narcotráfico, pandillas y quién sabe qué otras oscuras razones.
Y no le echemos la culpa al Gobierno de Martín. Durante los meses de este presidente, han ocurrido más de cuatrocientos homicidios, dos por día...
Ha aumentado la violencia doméstica, siendo las mujeres las más afectadas. Leyes ineficaces no pueden protegerlas.
Una tercera parte de los panameños son pobres. Pero eso no impide que el año pasado nos gastáramos casi seiscientos millones de balboas... �en juegos de azar!
Aunque haya programas de prevención, muchos no hacen caso a las advertencias. Así se explica que al mes mueran veintitrés panameños por el sida.
Quienes fuman juegan una "ruleta rusa" con sus vidas. Se calcula que el año pasado fallecieron más de dos mil compatriotas por este motivo.
Otro cuatrocientos mueren al año por accidentes de tránsito, que muchas veces pudieron evitarse.
En aspectos sociales, no andamos mejor. El sesenta por ciento de los niños nacidos el año pasado, no encontraron a sus padres unidos (y menos casados).
Más o menos tres niñas fueron embarazadas al día en el dos mil nueve. En cifras, pasaron los mil embarazos en menores escolares.
Claro que todo esto tiene que afectar las mentes de nosotros. Servicios Psiquiátricos del Santo Tomás informaron que en el dos mil ocho se registró depresión en el treinta y cinco por ciento de los panameños. La mayoría en mujeres... (sigue)
