La viveza típica del panameño no conoce color, edad, ni posición económica. Un residente de una exclusiva barriada con garita de seguridad, área social y piscina puede ser tan "perrón" como uno que a duras penas puede pagar su apartamento en una multi.
�Cómo es que un panameño con buen ingreso es capaz de bribonear de esa forma? Para muchos, la respuesta está contenida en la propia pregunta: es que somos "panameños".
Y es que Panamá es un país rico en recursos naturales, pero también muy rico en inventiva. Por eso, cada vez que alguien echa un cuento donde menciona a ciudadanos de otros países no falta el panameño, quien al final resulta ser el más vivo de la historia.
La victoria para los panameños no sólo se registran en los cuentos de "Pepito". Resulta que también quieren ganar en la vida real. Muchos se pasan la luz roja para llegar más temprano a su trabajo, muchos le meten monedas falsas en los teléfonos públicos para llamar gratis, son campeones en colarse en las fiestas de las ferias al intercambiar el cintillo. Con esa identificación pasan como 20 personas. Todo es pura viveza.
Lo mismo ocurre con los servicios públicos como la energía eléctrica, la televisión por cable y el agua potable. A pesar que se ha advertido del peligro del robo de luz, muchos se dedican a la tarea de hacerlo para instalar aires acondicionados y mal gastar la energí�a eléctrica. Esos son los panameños juega vivo que andan robando la luz del vecino o del Estado porque arriesgan sus vidas trepando a los postes para bajarla de gratis.
Estimado amigo, si usted anda en esta vaina le recomendamos dejar la práctica porque su propia familia pudiera verse afectada por no pagar lo que corresponde a la tarifa. Tal vez usted dirá: "Lo hago porque esas empresas me roban", pero lo cierto es que todos los panameños debemos manejarnos bajos las leyes existentes que regulan esta industria.
Un buen panameño no roba luz, ni agua. Un buen panameños paga por tenerla, aunque sea un mes sí y un mes no, pero la paga. Un ciudadano respeta todo, tanto así que si no tiene dinero para pagar cable TV, tampoco se lo pide al vecino para que lo pase por arriba del cielo raso o le dé un par de reales a los pela'os de la compañía.