Ciento once muertes por desastres naturales
Antonio Pérez M
Crítica en Línea
Expertos en meteorología
consideran que 1998 es el año de los fenómenos naturales.
En los seis primeros meses del año se presentó una sequía
preocupante, que provocó centenares de incendios, dejando alrededor
de 3 mil 500 personas afectadas, de las cuales 700 perdieron sus hogares
y todas sus pertenencias.
Los informes preliminares que maneja el Sistema Nacional de Protección
Civil (SINAPROC), demuestran que se dieron dos tipos de incendios: a residencias
y los forestales.
Los incendios residenciales se registraron más en las áreas
del centro de la ciudad (Santa Ana, Curundú, Chorrillo y Calidonia).
Los incendios forestales se dieron con mayor frecuencia en Darién,
Veraguas y Colón; en la primera provincia en mención, las
llamas azotaron más de 500 héctareas de selva virgen. Los
desastres que se suscitaron en estas regiones del país, se dieron
más bien por la quema de herbazal.
Esta situación también llegó a la ciudad capital
y el lugar fue Cerro Patacón; allí se provocó un incendio
que duró más de una semana y creó gran consternación
entre la ciudadanía, porque se trataba de desechos peligrosos que
en forma de humareda invadieron el ambiente.
A pesar que los dasastres más comunes en los primeros meses de
1998 fueron los incendios, el casi 90% de las muertes que se registraron
para esta fecha por desastres naturales, fueron por inmersión (ahogados).
La mayoría de estos ahogados se dieron en los distintos ríos
del país, en paseos donde estuvo el alcohol como el elemento principal
de la tragedia.
La administración de SINAPROC en los momentos de la sequía
estuvo a cargo de Roberto Velásquez, quien desde los primeros meses
del año había vaticinado que nuestro país iba a enfrentar
una sequía de seis meses, y que la causa de las principales muertes
serían los ahogados.
Esta entidad pasa por un proceso de cambio de administración entre
agosto y septiembre, los meses donde se notó el cambio climatológico;
la sequía empezó y se comenzaron a registrar torrenciales
aguaceros que se convirtieron en inundaciones.
Parque Lefebre, Juan Díaz, Río Abajo, Curundú y
Villa Lobos, en Pedregal, fueron las áreas de lal ciudad capital
que más sufrieron los embates de las lluvias.
En los sectores antes mencionados de la capital, desde agosto a diciembre,
un aproximado de cinco mil personas fueron perjudicadas de alguna manera
por las inundaciones, y dos mil lo perdieron todo, haciendo un conteo de
siete mil en total.
En el interior de la república, en las áreas de Azuero
que habían pasado calamidades por la sequía, fueron los primeros
en recibir las inundaciones, pero en estos últimos meses han sido
Darién y Bocas del Toro, los que han padecido por este fenómeno.
Bocas del Toro es considerada la provincia menos afortunada; fue azotada
al terminar el año con una de las más graves inundaciones
de 1998. Se tiene un registro de mil 300 afectados de los cuales 25 lo han
perdido todo.
En 1998 fallecieron alrededor de 111 personas por desastres, -las inundaciones
encabezaron las causas de muertes-, entre ellos una desaparecida, -que supuestamente
se ahogó en el sector de Nueva Libia, de San Miguelito-.
En otro de los datos recabados dan a conocer que 60 personas resultaron
heridas por desastres naturales, los deslizamientos de tierra ocuparon el
primer lugar.
El mes de abril es considerado el trágico para 1998, ya que fue
cuando más se pronunciaron las lluvias. En este mes hubo 23 decesos,
seguido de agosto, enero y febrero, con 17, 16 y 15 respectivamente.

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