EDITORIAL
Balance de un calendario que fenece
Dos días y sus noches
nos separan de la extinción del año 98; calendario que deja
en sus anales eventos que estremecieron la vida panameña, definiendo
caminos y señalando derroteros, cuyas secuelas son material de análisis
y conjeturas de estudiosos preocupados por el devenir patrio.
El calendario que fenece se inició con el aceleramiento de las
privatizaciones y las concesiones administrativas, con la venta parcial
de los teléfonos y otros servicios de comunicación a empresa
inglesa, y posteriormente con los trámites en la electricidad que
dividieron el ente estatal IRHE, en seis parcialidades privadas cuyos resultados
por verse, son objeto de observación en el seno popular.
Este año, las conversaciones bilaterales de Panamá y Estados
Unidos, encaminadas a la concertación de un entendimiento que asentara
un Centro Multilateral Antidrogas (CMA), cesaron, al manifestar las partes
que las posiciones recíprocas eran inflexibles; razón que
hizo inútil avanzar tales negociaciones, produciéndose un
vacío que pretenden llenar otros países, cuyas realidades
resultan inapropiadas, al contrastarse con ubicación geográfica,
moneda y bilingüismo; aspectos sensitivos que favorecen la tierra panameña.
En el ámbito gremial las reclamaciones laboralistas de los trabajadores
bananeros de Puerto Armuelles condujeron a una huelga de varios meses cuyo
final resultó traumático; lesionador, para el sindicalismo
panameño, al dejar más de tres mil trabajadores sin sustento,
ni empleo.
En el quehacer político, las maniobras políticas incentivadas
por personeros interesados de la cúpula mandatoria para reformar
las normativas constitucionales y permitir la reelección inmediata
que favorecería al mandatario Ernesto Pérez Balladares fueron
derrotadas por el aplastante rechazo popular, que en los comicios del referéndum
votó dos a uno contra ellas, generando en el quehacer gubernamental,
sentimientos derrotistas, ambivalencias y de resentimientos, que paralizan
las labores públicas.
Una desacertada medida inconsulta y antipopular, estableció movilidad
para las efemérides, de acuerdo al día de la semana que coincida
la fecha, norma que el ser aplicada generó rechazos múltiples,
erosionadores de las estimas públicas, que derivaron a confrontaciones
callejeras y al unirse con la protesta contra un anuncio de privatización
del agua potable y los alcantarillados, derivó a decisiones donde
se clausuraron colegios, se violentó la autonomía universitaria,
y se creó un clima social de grave desconfianza y frustración,
que ahora repercute en los resultados de las encuestas de opinión
sobre intención de voto y afecta la candidatura de continuidad, del
candidato Torrijos.


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