Miércoles 30 de dic. de 1998

 









 

 


FAMILIA
La expansión epidémica de la adicción a la cocaína y su contención

Gabriel G. Nahas

La conducta compulsiva de búsqueda de droga producida por la cocaína, explicada por los cambios en la química del cerebro inducidos por la droga, también es ilustrada por la ciencia de la epidemilogía, o estudio de las epidemias. El uso "recreativo" de la cocaína, así como el de otras drogas adictivas, de hecho se extiende del modo en que lo hacen las epidemias, como lo documentó claramente el siciólogo sueco Nils Bejerot, en su tratado clásico "Adicción y Sociedad" (Adiction and Society).

Bejerot fue el primero en estudiar y describir el "tipo epidémico de la dependencia de drotas" que había afectado mayormente a adolescentes y adultos jóvenes de las sociedades industrializadas desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Este tipo de adicción es diferente del "tipo profesional" y del "tipo terapéutico". El "tipo profesional" afecta a los profesionales de la salud y en particular a los médicos, que tienen fácil acceso a las drogas adictivas. La incidencia de adicción entre los médicos es, de acuerdo con Bejerot, de 30 a 50 veces mayor que la de la población general. El "tipo terapéutico" de adicción afecta a pacientes que se han vuelto adictos a causa del tratamiento con drogas productoras de dependencia; prevaleció ampliamente en Estados Unidos durante el cambio de siglo.

El tipo epidémico de drogadicción juvenil fue estudiado por Bejerot en Suecia, su país de residencia, que en los sesentas y setentas fue asolado por una epidemia de abuso de anfetaminas que afectó al sector juvenil de la población, de entre 15 y 25 años de edad. La característica primordial de este tipo de adicción epidémica, escribe Bejerot, en su "contagio psisosocial".

Bejerot marcó un contraste entre el manejo de la epidemia sueca de abuso de anfetaminas y el modo en que los japoneses enfrentaron una epidemia similar en los años cincuentas: mientras que los suecos fueron capaces de estabilizar la epidemia sólo al llegar a un nivel relativamente alto, los japoneses la suprimieron casi por completo. Los soldados japoneses, y especialmente sus pilotos kamikaze, consumían grandes cantidades de anfetaminas durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, estos estimulantes del sistema nervioso central eran vendidos sin requerir receta médica en Japón. Entonces las anfetaminas fueron clasificadas como drogas peligrosas que sólo podían ser prescritas por los médicos.

Pero miles de personas ya se habían vuelto adictas y ocurrió una extendida fabricación y tráfico ilegales de la droga. En la cúspide de la epidemia, en 1954, se estimó que de una población de 100 millones de japoneses dos millones consumían tabletas de anfetaminas, y que 500.000 se inyectaban la droga por vía intravenosa, situación mucho más grave que la de suecia en cualquier período.

 

 

 

 


 

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