FAMILIA
La expansión epidémica
de la adicción a la cocaína y su contención
Gabriel G. Nahas
La conducta compulsiva de
búsqueda de droga producida por la cocaína, explicada por
los cambios en la química del cerebro inducidos por la droga, también
es ilustrada por la ciencia de la epidemilogía, o estudio de las
epidemias. El uso "recreativo" de la cocaína, así
como el de otras drogas adictivas, de hecho se extiende del modo en que
lo hacen las epidemias, como lo documentó claramente el siciólogo
sueco Nils Bejerot, en su tratado clásico "Adicción y
Sociedad" (Adiction and Society).
Bejerot fue el primero en estudiar y describir el "tipo epidémico
de la dependencia de drotas" que había afectado mayormente a
adolescentes y adultos jóvenes de las sociedades industrializadas
desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Este tipo de adicción
es diferente del "tipo profesional" y del "tipo terapéutico".
El "tipo profesional" afecta a los profesionales de la salud y
en particular a los médicos, que tienen fácil acceso a las
drogas adictivas. La incidencia de adicción entre los médicos
es, de acuerdo con Bejerot, de 30 a 50 veces mayor que la de la población
general. El "tipo terapéutico" de adicción afecta
a pacientes que se han vuelto adictos a causa del tratamiento con drogas
productoras de dependencia; prevaleció ampliamente en Estados Unidos
durante el cambio de siglo.
El tipo epidémico de drogadicción juvenil fue estudiado
por Bejerot en Suecia, su país de residencia, que en los sesentas
y setentas fue asolado por una epidemia de abuso de anfetaminas que afectó
al sector juvenil de la población, de entre 15 y 25 años de
edad. La característica primordial de este tipo de adicción
epidémica, escribe Bejerot, en su "contagio psisosocial".
Bejerot marcó un contraste entre el manejo de la epidemia sueca
de abuso de anfetaminas y el modo en que los japoneses enfrentaron una epidemia
similar en los años cincuentas: mientras que los suecos fueron capaces
de estabilizar la epidemia sólo al llegar a un nivel relativamente
alto, los japoneses la suprimieron casi por completo. Los soldados japoneses,
y especialmente sus pilotos kamikaze, consumían grandes cantidades
de anfetaminas durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra,
estos estimulantes del sistema nervioso central eran vendidos sin requerir
receta médica en Japón. Entonces las anfetaminas fueron clasificadas
como drogas peligrosas que sólo podían ser prescritas por
los médicos.
Pero miles de personas ya se habían vuelto adictas y ocurrió
una extendida fabricación y tráfico ilegales de la droga.
En la cúspide de la epidemia, en 1954, se estimó que de una
población de 100 millones de japoneses dos millones consumían
tabletas de anfetaminas, y que 500.000 se inyectaban la droga por vía
intravenosa, situación mucho más grave que la de suecia en
cualquier período.


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