CRITICA EN LINEA 

 

S E C C I O N E S

EPASA EN LINEA

EL PANAMA AMERICA

DIAaDIA EN LINEA

REVISTA SIETE!


primera plana

portada

al cierre

nacional

política

opinión

economía

el pueblo habla

comunidad

provincias

nuestra tierra

deportes

el mundo

viva

agenda

sociales

sucesos

 



  OPINIÓN


Sin juguetes para jugar

Por: Hermano Pablo | Reverendo

Dos niños miran al mundo
desde una estrecha ventana
con la ternura que sólo
conservan esas miradas.

Conmovedor es el cuadro
porque sus rostros nos hablan
de muchos niños que sueñan
con todo lo que les falta.

Sueñan con tener juguetes
que tal vez jamás les hagan,
con vivir horas felices
que presienten muy lejanas.

Quizás ellos nunca vivan
la plenitud de la infancia
y dejen ya de ser niños
a esa misma edad temprana.

Estos versos que en 1981 escribió en Costa Rica el poeta cubano Luis Bernal Lumpuy nos llegan al corazón porque tratan sobre lo que más valoramos en esta vida: nuestros niños. Los niños que describe en su poema nos conquistan con su encantadora sonrisa, esa mirada de esperanza que nos revela que "son de un mundo sin rencor y sin venganza" aunque éste sea también un mundo sin juguetes. En los días especiales en que otros niños reciben juguetes a modo de regalos -tales como el día de su cumpleaños, el de la Navidad y el de los Reyes Magos-, ellos tienen que contentarse con soñar "con todo lo que les falta".

¿Por qué será que sonríen en vez de llorar, y cantan en vez de quejarse? Es como si de algún modo supieran que no ganan nada con quejarse, mientras que llegan muy lejos cuando ponen su esperanza en Aquel que les ha dado la sonrisa y la voz. ¿No será porque en su ser llevan la estampa de su Creador, y porque es precisamente a esa tierna edad que menos trabajo les cuesta creer en Él y en un porvenir maravilloso? Era esa cualidad que tenía en mente Jesucristo, el Hijo de Dios, cuando les dijo a sus discípulos que el reino de Dios es de quienes son como los niños, y que la única manera de entrar en él es recibiéndolo como un niño. 2

Seamos como esos niños. Pero al soñar con todo lo que nos falta, tengamos presente que lo que más necesitamos no son los regalos temporales que nos puedan dar los hombres sino el regalo que sólo Dios puede darnos: el de la vida abundante y eterna. 3 Ese es el único regalo que encierra el calor del hogar en una familia.



OTROS TITULARES

El look de "El Toro"

Sin embargo, hago trabajos domésticos de mala gana

Santa

Una graduación ejemplar en Darién

Sin juguetes para jugar

Buzón de los lectores

Procuradores

 


 

  

 

linea
linea gris
 

   Copyright © 1995-2004, Crítica en Línea-EPASA 
Todos los Derechos Reservados