Se acerca la Navidad, todo el mundo está alegre y preparándose para la cena de Noche Buena. Ya huele el jamón, el pavo y los acompañamientos. Las barriadas se llenan del olor a Navidad.
Como es costumbre, en estas fiestas se reciben y se hacen muchas visitas y en cada una hay comida de por medio, por lo que se debe tener especial cuidado en lo que se ingiere y cuánto se come.
Así que no pases tus fiestas en el sanitario y toma nota de estos valiosos consejos.
AL MOMENTO DE COCINAR
Mantener una buena higiene personal es fundamental. Lávate frecuentemente las manos, sobre todo si vas al baño, y después de manipular alimentos crudos o si has tocado a su mascota. Nunca fumes mientras cocinas.
Limpia las superficies y utensilios de cocina, durante y después de la manipulación.
Además del clásico pavo y el jamón, en estas fechas hay a quienes les gusta comer mariscos, por lo que deben tener mucho cuidado pues es una comida delicada.
No consumas crustáceos ni moluscos (ostras, mejillones y almejas) crudos. Compre el marisco fresco y consúmalo lo antes posible.
En cuanto a su pavo y jamón, someta a fuego intenso o durante largo tiempo las carnes y embutidos. Deben quedar bien cocidos en el centro. Además, evite que las carnes crudas entren en contacto con alimentos cocinados.
En lo referente a postres, si contienen huevo, desecha los rotos, con restos de plumas o heces. Y no los laves, ya que al ser la cáscara porosa, la humedad favorece la penetración de las bacterias.
LAS SOBRAS
En la cena de Nochebuena siempre sobra mucha comida, así que deben estar muy pendientes de cómo la guardan y en dónde. En estos casos, hay que refrigerar la comida cuanto antes para evitar problemas.
Un buen consejo es no servir a la mesa cantidades que se presume no van a ser consumidas. Es más lógico separar (antes de servirlo a la mesa) lo que se estima que va a sobrar y refrigerarlo inmediatamente.
Ante la menor duda, tire a la basura los alimentos cuyo estado no le inspiran confianza.
Recaliente sólo los alimentos que van a consumir. Los enfriamientos y calentamientos sucesivos disminuyen la calidad nutritiva del alimento y favorecen su contaminación.
Los alimentos enlatados pierden su esterilidad una vez abiertos.
Guarda siempre en la nevera los pasteles, cremas pasteleras, flanes, natillas, etc.