Pase tiempo especial con sus hijos al menos una vez por semana si no puede diariamente. Considere este tiempo como algo sumamente importante que usted tiene que hacer.
Diferencie la disciplina de la venganza (corrección con golpes o enojado.) Siempre deje la puerta abierta para futuras conversaciones.
Tenga cuidado de no hacer conclusiones anticipadamente. Aprenda lo que sus hijos quieren través de discusiones e intercambio de ideas.