Estamos en Navidad, tiempo de paz y amor. Pero, será cierto en tu caso.
Póngase la mano en el corazón y preguntese honestamente qué ha hecho durante todo el año para que la paz y el amor estén presentes ahora.
No es tarea fácil, pues llevar una vida sana exige tomarse tiempo, de calidad para poner en orden las cosas.
Pero tampoco es imposible, existen métodos fáciles de realizar y he aquí algunos de ellos:
Dedica unos días para observar a tu familia libre juicios y culpas.
Escuchar activa y reflexivamente cada una de las intervenciones de nuestros hijos.
Si no podemos prestar la atención necesaria en ese momento, razonar con él un aplazamiento del acto comunicativo para más tarde. Podemos decir simplemente: "dame 10 minutos y enseguida estoy contigo".
Evita el empleo del mismo tipo de respuestas de forma sistemática para que nuestro hijo no piense que siempre somos autoritarios, que le hagamos sentir culpable, que le quitamos importancia a las cosas o le damos sermones.
Dejar las culpabilidades si hasta hoy no hemos sido modelos de padres pensemos que podemos mejorar y adaptarnos a una nueva forma de comunicación que revertirá en un bien de nuestra familia suavizando o incluso extinguiendo muchos de los conflictos habituales con los hijos.