Las navidades darienitas en los grupos culturales indígenas son normales a los 365 días del año, por lo general no celebran estas fiestas no porque no les guste compartir el nacimiento del Redentor o vivir esa alegría disfrutando comidas, juguetes, y vestidos nuevos, simplemente no lo hacen no está dentro de su cultura esta celebración, sino que para ellos es sagrada es la Semana Santa, donde si todos los pueblos guardan esa semana con mucho fervor cristiano, señaló Eda Chami del grupo emberá.
Puntualiza que por lo general el grupo indígena Emberá y el Wounáan no celebran estas fiestas como es tradicional de los otros grupos culturales, los niños viven la alegría de abrir un regalo con un juguete y vestido nuevo, para ellos su celebración especial es la Semana Santa.
Ellos salen a trabajar el 24 y 25 de diciembre como un día normal, todo el pueblo se acuesta temprano, nadie se ocupa de hacer un plato especial y como siempre ese día consumimos plátanos sancochado acompañado con lo que esté al alcance de la familia.
Este año hay no sólo está ausencia de la celebración de la Navidad que es normal, sino que esta ausente la tradicional pata chuma en los plátanos de los niños y adultos, porque la madre naturaleza provocó la crecida de los ríos Chucunaque, Tupisa, Chico, Membrillo provocando la destrucción de los platanales, producto motor que le permite el sustento diario a los indígenas, señal´´o Chami.
Además dijo que es una lástima observar los otroras majestuosos platanales que hoy son unas plazas vacías sin matas ni un racimo de este tradicional producto de los grupos más neurálgicos en nuestra región darienita, a diario es consumido, incluyendo los días especiales de Navidad, Año Nuevo y Semana Santa.
“Sólo los poblados indígenas que viven muy cerca de los poblados negros e interioranos, celebran estas fiestas y se preocupan por tenerles un juguete a los niños.
Mientras que William Chaquí, señalan que a los indígenas no celebran estas festividades porque hay que vivir la realidad que Ancoré (Dios) nos ha permitido la humildad que se vive en los hogares pobres y los indígenas somos sinónimos de ese ejemplo.