La abuelita había pensado más de una vez antes de gastar mucho dinero en ese juguete complicado. Pero como muchas abuelas, creía que su nieto era un genio y se merecía ese artefacto. Cuando llegó la Navidad la abuela estaba ansiosa por ver la alegría que le causaría su juguete al nieto.
El niño abrió con ansiedad el paquete. Pero el juguete estaba desarmado. Trató de armar el artefacto el chico pero no pudo. Esto le dio ansiedad... y rabia.
Entonces el chiquillo de unos ocho años tomó el juguete y lo lanzó contra la pared. Dijo que "no servía".
Ahogó un grito la abuela al ver su regalo convertido chatarra. Yo tuve que explicarle que el juguete era muy complicado para la edad del niño.
Vi en los ojos de la abuela aparecer una lágrima... Cada vez que llega la Navidad vuelve el asunto de los juguetes complicados, que necesitan "un curso universitario" para armarlos y usarlos.
Ahora algunos juguetes tienen en la caja la edad recomendada para ser usado satisfactoriamente por el niño.
Sin embargo, algunos compradores no siguen esas instrucciones.
Juguetes muy complicados se convierten en una pesadilla...¡para los padres!
He visto a padres sudorosos y jadeantes tratando de armar juguetes, ante la mirada ansiosa de sus hijos.
Luego vendrá la decepción en el chiquillo ante el fracaso del padre en esa aventura.
Una madre me dijo hace semanas que todavía tenía guardado un juguete del año pasado que no se atrevió a armar.
Así que al escoger juguetes para que el Niño Dios se los dé a sus hijos, busque los adecuados para la edad de ellos.
También sería conveniente que tuviera a mano a algún familiar o amigo que sepa armar juguetes complicados.
Recuerde que si el niño no juega con sus juguetes, de nada valdrá que sean caros y atractivos.
No usar un juguete es la peor actitud que puede tener un niño ante el regalo que se le dio con mucho amor, y a veces un gasto elevado. Recuerdo que un niño ante juguetes complicados decidió irse a jugar con un palo de escoba convertido en "caballito".
Casi le da un "faracho" ¡al padre...!
