La comunidad chiricana de San Pablo despidió ayer a Luis González, quien murió el viernes tras incendiarse la casa en la que vivía en el sector de la Loma Colorada.
Un voraz incendio en cuestiones de segundo consumió todo. Luis se encontraba solo en la casa acostado en el sillón de la sala, porque no tienen energía eléctrica, y sus hijas estaban donde la abuela. Luis se dedicaba a la venta de chichas, y deja en la orfandad a cuatro hijos.