Los roles de chicos y chicas se intercambian. Forman la generación más informada, pero también la más vulnerable.
En la primera entrega sexual, las chicas se inician pronto y se muestran valientes, pero no disfrutan tanto como aseguran y se sienten culpables. Ellas necesitan sentirse amadas y, a veces, lo confunden con creerse deseadas. Ellos dan importancia a los aspectos físicos, como el placer, la excitación o el atractivo físico. Son relaciones sexuales que esconden mucho.
Sin rodeos, sin seducción, sin erotismo y sin ataduras. Directos al grano, los adolescentes llegan cada vez antes al sexo genital. Algunos estudios sitúan la edad de inicio a los 14 años y otros a los 16, pero todos coinciden en que la precocidad va a más, también para ellas.
Hay que destacar que las chicas siguen preocupadas porque no son capaces de conseguir el orgasmo y creen que están haciendo algo mal. Sin embargo, van directas al coito sin conocer su cuerpo ni saber lo que les gusta. Ellos también tienen sus dudas, pero se las guardan. Se sienten inseguros ante las chicas con iniciativa y creen que el placer depende del tamaño.
Y claro, también a través de la televisión, Internet y los grupos de amigos les llegan mensajes de que no hacerlo antes de los 18 años es un fracaso y también les sigue preocupando la masturbación.