Han pasado ya 59 años desde que en la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que recoge los que son considerados como los derechos básicos de los hombres y mujeres en todo el mundo, independientemente del país en el que Viva, Crítica en Línean.
Desde aquel 10 de diciembre de 1948, los avances en materia de derechos humanos para los niños, las mujeres, los discapacitados, los inmigrantes, los privados de libertad y muchos otros sectores en las poblaciones de todo el mundo han sido numerosos, pero aún insuficientes.
En nuestro país, hay varias asignaturas pendientes. Aún no se ha habido justicia para decenas de panameños que desaparecieron durante el régimen militar de 1968 a 1989. La Comisión de la Verdad, entidad creada en la década pasada para investigar el destino de todos los desaparecidos y asesinados, quedó desactivada y con mucho trabajo pendiente.
En nuestras calles, un número no determinado de niños -algunos incluso en edad preescolar- se ven obligados a vender cualquier cosa en los semáforos para poder llevar el sustento a sus casas.
En cuanto al derecho a la vivienda, el año pasado el MIVI calculó que sólo en lal provincia de Panamá 85 mil 573 familias no tienen un techo apropiado.
La actual situación de los contínuos aumentos en los productos de primera necesidad y servicios básicos es vista por un sector importante de la población como una violación constante de sus derechos económicos.
Es una fecha no tanto para celebrar, sino para que nos pongamos a trabajar. Más que el crecimiento económico, estas y otras materias pendientes en materia de derechos humanos las que nos separan del mundo de los países en desarrollo.