El anuncio de la conquista del Atlántico, como una retoma de la práctica torrijista para combatir la pobreza en el país, por parte del Presidente de la República, plantea un interesante debate sobre la gobernabilidad y los partidos políticos. Un tema que deben asumir seriamente, los analistas y politólogos del país.
Los señalamientos de un alejamiento de la ideología que implementó su padre, Omar Torrijos, por reconocidos dirigentes del Partido Revolucionario Democrático (PRD), apunta a una supuesta entrega de la dirección del gobierno en manos de tecnócratas. Es una encrucijada que se presenta sobre todo, cuando hay próximamente elecciones internas, que incluyen la cúpula del partido.
Si bien los partidos políticos juegan un papel básico en un sistema presidencial, tenemos que aceptar que el actual poder de legitimidad del presidente Martín Torrijos, no sólo emana del PRD y el Partido del Popular, sino, que surge de toda la ciudadanía nacional.
Tradicionalmente, la política criolla, ha estado reservada para el Ejecutivo, la Asamblea de Diputados y a los partidos políticos. Pero, desde hace unos años, estos poderes han estado sufriendo un significativo deterioro. En alguna manera, esto se ha dado por la presión de los medios de comunicación, la sociedad civil y las encuestas de opinión.
Las encuestas están alterando el accionar de los gobiernos latinoamericanos de una forma impresionante. De tal forma que no es novedad que muchas veces, la percepción de la gente sean hasta opuestas a las cifras oficiales divulgadas por los gobiernos.
Hemos aprendido que la evaluación que hacemos de la acción política de los gobiernos, está influida por las diferentes expectativas y percepciones que tenemos. El Sr. Presidente, deberá avanzar sobre una opinión pública favorable que le puedan dar algunas acciones concretas como el diálogo democrático, la lucha contra la pobreza y el incremento de proyectos que generen trabajos decentes.