Ya las bodas blancas son cosa del pasado. Así lo expresó Israel Sanz. Desde finales de los ochenta era muy popular en París usar el blanco en la decoración de bodas, pero ahora ya no, el público busca color e incluso aunque la boda sea de blanco, siempre se tiende a poner algo de color como el pistacho o amarillo, la idea es alegrar los arreglos.
Otro tema que puso de relieve Sanz, fue la utilización de la tecnología en la decoración, en especial la inclusión de luces en los arreglos, lo que da la posibilidad de lograr adornos fascinantes.