Los compatriotas en Bocas del Toro, Chiriquí, Colón y Kuna Yala afectados por las fuertes lluvias del fin de semana requieren de nuestra solidaridad. Las inundaciones fueron de grandes proporciones y muchos sectores permanecen incomunicados.
El inventario de la tragedia ya registra cuatro víctimas fatales y cinco mil afectados. La situación es tan grave que originó la declaratoria de Estado de Emergencia y una solicitud de ayuda al gobierno de España y el apoyo aéreo de helicópteros del Comando Sur.
Humildes panameños han perdido casa, ropa y sus cultivos. Las autoridades deben rehabilitar caminos, carreteras, puentes, escuelas y casas destruidas por el desbordamiento de ríos y quebradas.
La población debe mostrar mayor solidaridad para con esos hermanos. La ayuda no sólo debe provenir del Estado. Como cristianos deberíamos mostrar una mejor caridad frente a lo sucedido.
A veces observamos a gente gastando dinero en raudales en fiesta y licor, pero al momento de expresar solidaridad con el prójimo, se muestra tacañería. Hoy es esa gente humilde de las montañas y sitios cercanos a las costas la que sufre los embates de la naturaleza, pero mañana esos nos puede golpear a los que vivimos en la ciudad y entonces clamaríamos por la ayuda humanitaria de nuestros hermanos.
Saca un poco de lo que te sobra y destina una buena colaboración para los campesinos que hoy no tienen ni casa ni comida. De igual modo se requiere una adecuada organización para distribuir la ayuda para que llegue a los verdaderos afectados y no se quede en manos de avivatos que siempre se aprovechan para sacar ganancias cuando el río está revuelto.