El estrés del animal al final de un proceso se desencadena, con el tiempo, en las etapas iniciales del mismo. Si se maltrata a los animales, con el tiempo reaccionarán al maltrato mucho antes de que éste se produzca. Los bovinos y ovinos recuerdan experiencias de maltrato hasta 3 años.
Los bovinos reconocen entre 70 y 120 miembros de su especie. Cualquier agrupamiento mayor genera problemas cotidianos de jerarquía, que aumentan con la territorialidad y agresividad de la raza y del género, así como con la densidad.
El uso de toros mayores de tres años, junto con toros más jóvenes, puede deprimir la fertilidad de los rodeos, pues el toro veterano impide a los nuevos acercarse a las vacas en celo, llegando a controlar simultáneamente hasta tres de ellas, aunque no las pueda montar. La incidencia de la distocia (enfermedad) aumenta con el nivel de intervención humana, siendo mayor cuanto más se "ayuda" a la vaca que va a parir.
Las conductas agresivas de los animales surgen ante eventos sorpresivos, cuando se los pone en situaciones donde no tienen opciones claras, o cuando se los maneja por la fuerza bruta. La novedad y el desconocimiento aumentan la resistencia de los animales al manejo. Una cosa tan simple como pasar los animales y ver las instalaciones un par de veces antes de trabajarlos, reducirá los niveles futuros de estrés.
Los australianos lo denominan "moldearlos".
Los terneros habituados a estímulos ambientales y al cambio de parcela se adaptan más rápido al destete, y ganan más peso, que los criados en medios aislados y sin cambios.