Desde el día del accidente han pasado cerca de dos décadas, pero ella aún sigue trabajando en el Juzgado Municipal de Montijo, donde los burócratas interioranos más jóvenes la miran con respeto por su dedicación.
"Inicié mi trabajo en el Órgano Judicial el 1 de junio de 1974 y mi primer viaje a Coiba fue el 22 de mayo de 1986. Usualmente ese tipo de diligencias a la isla demoraban 9 horas, cuando no había demora en la travesía", evocó con un tinte de nostalgia.
Al comenzar sus funciones le tocó desempeñarse como portera, y su salario era de 90 dólares al mes. "Después me ascendieron a mecanógrafa, con este cambio me dieron un aumento de salario, que ahora no recuerdo cuánto fue", dijo.
"Con el cierre del penal de Coiba, mis responsabilidades no han cambiado, sigo escribiendo los documentos que se requieren para los trámites procesales, como oficios, citaciones, y cuando es necesario también tengo que acompañar a las comitivas que realizan diligencias judiciales", comentó.
Tiempo para su familia
"Poco tiempo después de salir del colegio, logré ingresar al Órgano Judicial gracias a un amigo cercano de la familia que me recomendó por mi destreza para el trabajo", reveló la funcionaria.
Esta ejemplar mujer, recientemente, salió en la televisión y se ha convertido en el orgullo de sus tres hijos, que fueron educados en los valores de la responsabilidad y la dedicación al trabajo. "Estoy contenta con el reconocimiento de la institución, mis dos hijos, mi hija y mis cuatro nietos", exclamó.