Un ambiente tenso se sentía en la Etapa A de El Cucuy, en Cerro Batea, en San Miguelito. Estaba por comenzar la reconstrucción de uno de los crímenes violentos que estremeció a la ciudadanía este año: el de la adolescente Olga Beatriz González.
La comunidad era un hervidero. Personas salían de diversas casas, veredas y rincones. Es que tenían cosas que decir y querían ser escuchados.
Es que la saña con que se cometió el asesinato el 7 de octubre, llenó de indignación a toda la comunidad que hasta los niños salieron a exigir justicia y a gritar improperios al asesino confeso: Irving Phillips.
La diligencia fue presidida por la fiscal Segunda Superior, Geomara de Jones, quien se hizo acompañar de otros funcionarios del Ministerio Público y unidades de la Policía Nacional que tuvieron que contener a una enardecida población que no se cansaba de exigir justicia.
En un rincón, una triste, pero serena Vielka Guevara, madre de la joven fallecida, presenciaba todo el proceso con la esperanza puesta en que al final la justicia esté de su lado.
La fiscal Jones reveló que Phillips ha reiterado que cuando cometió el asesinato estaba bajo los efectos de la droga, pero advirtió que eso no lo excluye de su culpabilidad.
Trascendió que varias personas que fueron acosadas por el sindicado, se comprometieron a declarar.