La Voz del Interior
Son muchas las bondades que ofrecen las maravillosas aguas termales. Para las personas con discapacidad, es una bendición porque se han convertido en una alternativa para el tratamiento de estos niños discapacitados, pues les ayuda a relajarse y a mejorar la circulación.
El Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE) en Antón, atiende a más de 115 niños y niñas con discapacidad dentro y fuera de sus instalaciones, y para ello cuentan con personal especializado que le da un tratamiento especial a cada niño, precisamente para que estos puedan sentirse incluidos y mejorar su calidad de vida.
Es precisamente en el IPHE de Antón donde surge un gran proyecto que ya se ha desarrollado con éxito.
Se trata de terapia para niños con discapacidad con baños de aguas termales de El Valle de Antón.
AGUAS TERMALES
Las aguas termales son aguas minerales que salen del suelo con 5°C más caliente que la temperatura superficial. Estas aguas proceden de capas subterráneas de la Tierra que se encuentran a mayor temperatura, las cuales son ricas en diferentes componentes minerales y permiten su utilización en la terapéutica como baños, inhalaciones, irrigaciones y calefacción.
En El Valle de Antón, cerca de la iglesia, se encuentra la entrada a los pozos termales a los que muchos turistas van a disfrutar de un baño agradable, en el que hasta se colocan lodo en el cuerpo, sin embargo, nadie imagina cuán curativas son estas aguas.
Para los infantes discapacitados, las aguas termales de El Valle de Antón son una bendición porque son curativas, los relajan y hasta les permiten una mayor concentración a la hora de la terapia física dentro de las aguas que están tibias.
UNA REALIDAD
Se trata de un proyecto que se inició hace más de dos años con el propósito de brindar una atención más especializada a los niños, luego de estudios y pruebas que se realizaron para conocer los beneficios que proporcionaban.
Se trata de niños con retos múltiples, sobre todo los que tienen parálisis cerebral y que necesitan tener mejor movilización y hasta una motivación para continuar con sus ejercicios, y con las aguas tibias o termales se logra esta movilización y hasta circulación.
Rita Gálvez, directora del IPHE en Antón, explica que ellos siempre están en la búsqueda de una mejor calidad de vida para los niños porque es importante que ellos se sientan bien y que sus terapias sean lo menos molestosa posible debido a que necesitan un trato muy especial.
Para la fisioterapeuta del IPHE de Antón, María del Pilar Rodríguez, una joven profesional que se ha involucrado mucho con los niños con discapacidad, este es el mejor tratamiento que hay para los niños porque se ha comprobado que cuando se les practica el tratamiento con aguas termales el resultado es mucho mejor porque los niños y niñas están más relajados.
La fisioterapeuta explica que la temperatura que tienen las aguas termales es muy beneficiosa porque en los niños con parálisis cerebral o alguna discapacidad de tipo motora produce un alivio muscular, y es esto lo que, bajo el agua termal, permite que mueva con más facilidad las extremidades y hasta los hace más activos y ellos sonríen.
Este proyecto tiene limitantes como el transporte para movilizar a todos los niños al lugar donde están las aguas termales de El Valle de Antón, por esta razón, actualmente el IPHE ha incorporado al programa cerca de 23 niños y niñas con discapacidad.
Se trata de que cada vez se incorporen más niños del distrito a las terapias con aguas termales porque ya está comprobado que se han obtenido importantes logros como "la disminución del tono muscular, que es de gran importancia para lograr habilidades motoras y sabemos que los niños disfrutan en las aguas termales la terapia, es más cómoda para ellos".
El programa de las terapias es de gran importancia para los niños, pero por la distancia, no se les puede llevar cada semana que es lo recomendado, sin embargo, dos meses son llevados al lugar donde permanecen entre 25 a 30 minutos dentro de las piscinas termales, lo que dura la terapia, luego se les saca de la piscina muy cuidadosamente y se les cubre con una toalla y se les deja acostados en el piso, esto contribuirá a que puedan relajarse aún más.