En este Mensaje al Corazón en el día de hoy le decimos: "Silencio por favor". Sí, silencio por favor, porque necesitamos el silencio para vivir.
En nuestra sociedad moderna el ruido se ha convertido en una parte esencial de la vida. El ruido aparece en todas partes: en las industrias, en las fábricas, en el tráfico, en la televisión, en la radio, en las grabadoras, etc. También el ruido está en nuestras conversaciones. Hablamos con voz muy alta, decimos demasiadas cosas, muchas veces sin pensarlas, hablamos por hablar y decimos muy poco. Hay ruido en nuestro corazón, sí, ¡hay mucho ruido! Estamos almacenando el ruido de la calle, el ruido de nuestro pasado, de nuestras angustias, de nuestros odios, de chismes, de malas noticias, de pesimismos, derrotas y amarguras.
Hoy quisiéramos decirle que usted puede hacer más silencio, aún con el ruido exterior que existe. ¿Cómo? Racionalice el uso de los aparatos tales como la radio, la televisión, las grabadoras, etc. Tenga en su casa un oasis de paz, un cuarto donde se respete el silencio o haga que en su hogar existan momentos de silencio que todos los miembros de la familia respeten.
Se necesita el silencio para poder contemplar el misterio que somos cada uno de nosotros. Necesitamos callar y callar el ambiente, sumergirnos en nuestro interior y preguntarnos cada uno: ¿quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿qué estoy haciendo con mi vida?, ¿me estoy realizando?, ¿qué defectos tengo?, ¿qué traumas me condicionan?, ¿qué complejos me aturden?, ¿qué cosas me obsesionan?
¿Por qué no le pierde el miedo al silencio y comienza a fabricar su hora de silencio en donde se sentirá más persona?
¡Un poco más de silencio por favor! Silencio para que seamos mejores. No se olvide que si usted se encuentra con el Señor en el silencio crecerá más en santidad y recuerde: ¡Con Dios, usted es INVENCIBLE!
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