El 21 de noviembre de 1981 el dictador Roberto Viola delega la Presidencia por cuestiones de salud en el ministro del Interior, el general Tomás Liendo. En 1983, con el regreso de la democracia y bajo el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín, Viola fue arrestado y juzgado por los crímenes cometidos durante su gobierno. En 1985 fue sentenciado a 17 años en prisión, inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos, y pérdida del grado militar.