El gobierno laborista británico sufrió su primera derrota parlamentaria desde que Tony Blair llegó al poder en 1997.
En el Parlamento de Westminster se votó 322-291 por rechazar una nueva propuesta sobre seguridad, que incluía la polémica medida de encarcelar sospechosos sin necesidad de presentarles cargos durante 90 días.
El jefe de gobierno ya anunció que no se postulará en las próximas elecciones y hay quienes desean sustituirle por Gordon Brown, artífice de la "bonanza" económica del gobierno laborista, más temprano que tarde.
Blair puso en juego toda su autoridad y prestigio detrás de la campaña en favor del proyecto de seguridad. Se negó a negociar la extensión del arresto sin cargos, algo a lo que estaban dispuestos incluso algunos miembros del gobierno.
El primer ministro dijo horas antes de la votación que se han abortado dos atentados desde los ocurridos el 7 de julio.
"No vivimos en un Estado policial, sino en un país que enfrenta la amenaza real y seria del terrorismo", aseguró el premier británico.