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  VIDA NUEVA

EL LONGEVO AGUADULCEÑO
Diógenes Santamaría Castillo

Redacción | Vida Nueva, Crítica en Línea

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La edad dorada llena de historia.

La edad dorada llena de historia, de experiencias, anécdotas. A cuantas personas les gustaría cumplir 99 años; para conocer más sobre este tema, tuvimos el placer de visitar al señor Gerardo Cedeño Campos, quien nació el 24 de septiembre de 1905, en la comunidad de El Roble.

En la actualidad vive en la ciudad de Aguadulce, en compañía de su hija Filadelfia Cedeño, tuvo dos hijos con su esposa Edelmira Lara de Cedeño, oriunda de la provincia de Los Santos, desaparecida físicamente hace 15 años.

El señor Cedeño tiene 10 nietos, 8 bisnietos y 2 tataranietos. Este personaje en verdad que nos llamó mucho la atención, ya que a su edad se mantiene lucido, y lo caracteriza su buen humor y fortaleza; fue pionero en el transporte de la ruta de Chitré hasta la ciudad de Aguadulce.

Nos cuenta el abuelo que en sus tiempos de juventud, las cosas eran diferentes, la gente respetaba más, no se escuchaban tantos escándalos, se practicaba mucho la caballerosidad, aparte de la elegancia; a las damas se les trataba como lo que son: una flor en un jardín, ahora que va, eso se olvidó.

¿COMO HIZO USTED PARA LLEGAR A ESTA EDAD?
"Bueno le digo, que la verdad que no sé; a lo mejor el cuido que me daba yo mismo, siempre me mantuve optimista, me gustaba cantar, incluso llegué a tener mi propio conjunto típico muy reconocido en esos tiempos. Soy muy amigo de Dorindo Cárdenas, de Eneida, Catita, Yin Carizo y por ahí todos esos cantores eran muy amigos, me gustaban muchos los versos escritos en rimas. Lo más seguro era la comida que era muy saludable; nada de eso que utilizan ahora; que si abono, venenos para la maleza e insectos".

Recuerda que estudió hasta quinto grado; "siempre me acuerdo de mi maestra Juana Galindo, ella era colombiana. Nunca se me olvidará que allá como por 1944, cuando se desató la guerra mundial, la gasolina que en ese entonces costaba como 35 centésimos el galón se racionalizó tanto, que sólo nos la daban con tiquete, había que cuidar de no gastarla, ya que no había más".

Procuro no preocuparme tanto, sigo adelante y sé que cumpliré muchos años más. ¡Aquí hay viejo pa´ rato!



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