El muchacho roquerito tenía ganas de retar a la Policía desde hacía rato. Sabía que los tiempos del noriegato habían pasado y que tal vez esa prueba no le costaría mucho.
Una de esas tardes acaloradas salió desde el Oeste directo a Amador. Todo lo había planeado. Tenía puesto sus lentes oscuros, llevaba música de Los Miserables y sus ventanas estaban abiertas de par en par. El quería que los policías lo vieran con la pinta en la mano para ver qué le decían.
El muchacho se había tirado dos latas hasta que en la tercera le cae una patrulla. La unidad que se bajó le dijo: Ciudadano, ¿usted sabe que está prohibido libar en la vía pública? Sí, dijo el muchacho, yo sé que está prohibido oficial, pero esta cerveza que tengo en mi mano es sin licor y se la mostró. Al revisar lo que decía la etiqueta de "cero licor", el policía le da una palmada en la espalda y sólo le dijo: "Muchacho, usted es un monstruo" y se fue.
Para el policía, fue una gran sorpresa que alguien lo 'goleara' con la verdad. Si estuviera tomando una cerveza con licor, el roquerito sería hombre muerto. Nadie lo hubiera salvado de una sanción, pero gracias a que el mercado ahora ofrece este tipo de cervezas, no sólo se salva de una sanción sino del alcohol, tan dañino para el cuerpo y causante número uno de los accidentes de tránsito.
Cuando el muchacho me contó la historia, dije que la escribiría, pero sólo con la salvedad de que usted, amigo lector, se entere de que el comercio vende este producto. Usted puede pedir la cerveza sin licor en los supermercados.
La persona que dio el dato a este joven le metía tanto al guaro que estuvo a punto de morir en una de esas 'enfuegadas'. Ahora ya no puede libar licor, hasta que descubrió la cerveza que viene de Holanda.
Si el producto se hace más famoso, habría menos borrachos, menos muertes y hasta menos divorcios. Conviértase en un monstruo como este muchacho y cambie su vida.