"Había una vez... Un niño sin niñez", suena a las historias que de pequeños nos hipnotizaban hasta que el sueño dominaba nuestros ojitos. Todos hemos escuchado de chicos y grandes algún cuento que fascina nuestra mente. Así Rosa Elvira Castillo también a sus 14 años decidió ser escritora.
Oriunda de Chiriquí, un poblado de la provincia chiricana donde niña solía escuchar los cuentos de los abuelos y vecinos acerca de las brujas y otras leyendas; Rosita como de cariño la llaman, disfruta de ser cuentista con varias obras publicadas. La última, "mirando a las cumbres".
Muy emocionada dice: "escribo para los niños, porque es muy difícil encontrar ya cuentos para los niños". Con sus escritos quiere inculcar el amor al estudio y para que lean más.
Conoce muchos escritores a quienes admira y menciona a Consuelo Tomás.
Su aspecto jovial se ilumina primero con una sonrisa. Luego se pone seria al indicar que "para el escritor hay poco apoyo". Dice que ha tenido que pedir préstamos para publicar sus libros.
"Los libros que más fácil se venden son los pequeños, los grandes cuestan más".
Rosa Elvira Castillo, va de puerta en puerta vendiendo sus obras que son bien recibidas. Esto lo hace luego de salir de su trabajo en el Hospital Regional de David.
Esta escritora que vende productos distintos, promociona por sí misma su literatura, con mensajes sobre al alcoholismo, el maltrato y poesías.
Su decisiva participación en el mundo de las letras le ha valido un certificado de honor en el concurso nacional de cuento infantil "Medio Pollito (2003).
Para esta novelista es importante cultivarse como tal. Por esto asiste a seminarios y charlas con otros literatos para mejorar.
Recomienda a los padres que incentiven a los niños a leer, puesto que ahora no le gusta mucho a la gente hacerlo. A sus tres hijos por suerte les encanta escribir.