EDITORIAL
Presupuesto 2002
El Gabinete analizó ayer el Presupuesto General del Estado para el año 2002. Se estima una cifra cercana a los 6,000 millones de balboas, de los cuales 1,500 millones de balboas, serán para el pago de la deuda pública.
Para el año en vigencia, el presupuesto era algo superior a los 5,585 millones de balboas, pero se han tenido que realizar recortes, ante la merma registrada en las recaudaciones.
La situación para el año entrante se perfila peor. No hay duda que los sucesos desatados por los ataques terroristas a las Torres Gemelas y El Pentágono, tendrán un efecto negativo en la economía de las grandes potencias y es una cruda realidad, que cuando los grandes países se resfrían a las pequeñas naciones les da pulmonía.
Habrá que hacer grandes recortes a los presupuestos sugeridos por las diversas instituciones, que tendrán que adaptarse a la realidad económica de Panamá.
Ya se habla de un recorte de 11 millones de balboas al presupuesto de la Asamblea Legislativa, lo que puede desatar un enfrentamiento con el Ejecutivo.
Si se producen recortes la tijera debe ser pareja y se tendrán que eliminar o reducir al mínimo las partidas secretas, discrecionales, viáticos por viajes al exterior y otros desembolsos no prioritarios.
Ejecutivo y Legislativo deben iniciar una negociación responsable para que el debate del proyecto de presupuesto no se empantane en la Asamblea Legislativa. La situación actual hace retornar al tapete el problema del pago de la deuda externa. Este año se destinaron para ese renglón 1,178 millones de balboas, es decir, el 20.8% de los recursos contemplados irán a caer en manos de los acreedores del país.
Para el 2002, se estima que casi el 25% del presupuesto será para pagar la deuda. Los políticos y economistas deben establecer de una vez por todas una estrategia para reducir ese porcentaje y ponerle de una vez por todas limitantes al endeudamiento público.
El momento actual nos obliga más que nunca a amarrarnos el cinturón y aplicar una auténtica disciplina fiscal, de lo contrario tendremos que volver a comer "yuca con miel", como decía el caudillo Arnulfo Arias.
PUNTO CRITICO |
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