Zapatero a tus zapatos, es una frase que se le atribuye el pintor griego Apeles, quien acostumbraba a exponer sus obras en la plaza pública para escuchar de viva voz, la opinión de las personas sobre sus trabajos.
En cierta ocasión Apeles exhibió el retrato de una figura importante. Un zapatero observó la obra y cuestionó la forma de las sandalias del personaje. El artista aceptó la critica, rectificó lo de las sandalias y llevó la obra nuevamente al lugar de exposición. Al día siguiente regresó el zapatero -quien sintiéndose una autoridad en la materia- comenzó a cuestionar otros aspectos del retrato, lo que molestó a Apeles, quien exclamo: "zapatero a tus zapatos".
A cada rato encontramos a personas que asumen la actitud de ese zapatero; opinan de todo y de todos; y hasta aceptan responsabilidades sobre materias que desconocen por completo.
Por ejemplo su usted no conoce nada de aviación, sería irresponsable aceptar dárselas de piloto y tomar una nave cargada de pasajeros y surcar los aires para ir hacia un destino incierto. Uno debe reconocer sus limitaciones. Pero más loco es la persona que le confiere una responsabilidad de tal magnitud a alguien que no sabe lo que tiene en sus manos.
Lo del avión es un caso extremo, pero el caso del zapatero sabelotodo, se produce cientos de veces en diversos sectores de la sociedad.
El "zapatero" comienza a experimentar y vez de arreglar las cosas, se defeca en ellas.
Nadie nace sabiendo, pero tampoco hay que arriesgarse a incursionar en áreas en donde no tienes ni la preparación ni la experiencia. El resultado será previsible: un rotundo fracaso. Sólo un tonto no sería capaz de prever eso. Luego tendrán que llamar a los bomberos, o sea, gente que sabe sobre la materia para resolver los entuertos de aquél que no aplicó el viejo refrán de Apeles: "zapatero a tus zapatos".
